lunes, 18 de noviembre de 2013

653.- La larga noche de las rosas de Puebla de Guzmán ya ve la luz

La familia de Pedro el Sastre (el bebé). La primera mujer por la izquierda, María Blasa, una de las rosas de Guzmán.



La larga noche de las rosas de Puebla de Guzmán ya ve la luz

OLIVIA CARBALLAR / Sevilla / Ciudadan@s 


“Se hacían interminables las noches, insufribles”. Para Beatriz, que ya le habían matado a su hijo Gaspar. Para María y para María Dolores. Para María Márquez y María Rodrigo, a cuyo hermano también lo habían asesinado. Para María Peña, para María San Blas y para Catalina, “que no conocía eso que sus verdugos llamaban política o comunismo”. Para María Blasa y para Dolores, de la que intentaron abusar hasta la misma noche de su asesinato. “Las dejaron en el cementerio, amontonadas en una fosa abierta. Y allí las echaron. Y allí están, amontonadas”, cuenta el periodista Rafael Moreno en su libro Perseguidos, editado por el Grupo de Trabajo Recuperando la Memoria Social de Andalucía de CGT-A.

El desfile continuó con Antonia, Concha, Mercedes, Sampedro, Dolores y Concepción, cuyo hijo, Félix, no dejó crecer, mientras vivió, jaramagos, ni cardos, ni ortigas sobre la fosa donde enterraron a estas 15 mujeres. Cuenta Moreno que Félix sembró un rosal, lo injertó con otros y salieron rosas rojas, amarillas, lilas… Y allí, en el viejo cementerio de Puebla de Guzmán (Huelva), siguen ocultas bajo la maleza esas otras 15 rosas y su crimen, sólo recordadas por José, un hombre de 95 años, hijo de María Blasa, una de ellas.

José, aquejado de una bronquitis, no pudo asistir al acto de presentación del libro, cuyo germen fue publicado previamente en este periódico por el propio autor el pasado junio. Pero no pudo contener la emoción en su casa, cuando supo que el alcalde, Antonio Beltrán (PSOE), había anunciado que buscará y exhumará la fosa donde supuestamente está su madre y las otras mujeres. El regidor lo hizo público la semana pasada ante unos 150 vecinos, que no cabían en la biblioteca municipal, donde se celebró el acto. “Hemos recogido el sentir de los vecinos y el Ayuntamiento asumirá, con subvención o sin ella, la investigación y la posterior exhumación de la fosa por una cuestión de orden moral, porque los vecinos tienen que ver reparada la memoria de sus familiares“, confirmó a Andalucesdiario.es el alcalde, que insiste en que es una obligación investigar esos crímenes. En Puebla de Guzmán, entonces con unos 6.000 habitantes -hoy la mitad-, se calcula que mataron a más de 80 personas.

El pasado julio, el Ayuntamiento solicitó una subvención a la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta para iniciar los trabajos pero fue denegada por “puntuación insuficiente”. Según el alcalde, la primera fase, la de investigación, supone un coste de 23.000 euros. “La siguiente fase, la de la exhumación, la tiene que cuantificar aún la arqueóloga”, aclara el alcalde, con quien -asegura- mantendrá una reunión la semana próxima.

Rafael Moreno, José Domínguez, el investigador Jesús Copeiro y Cecilio Gordillo tras la presentación de ‘Perseguidos’, en la casa de José.



76 AÑOS OCULTO

“No se ha hecho nada en 76 años hasta ahora. Esta fosa está también incluida en el mapa elaborado por la Junta de Andalucía en 2011. Pero, insisto, no se ha hecho nada hasta que no se ha publicado esta historia. Ese momento en la biblioteca fue precioso. Es un ejemplo más de la importancia de airear estos casos”, explica el editor, Cecilio Gordillo, que llevaba preparado un escrito para el alcalde donde pedía la intervención en la fosa. “Si algo bueno tuvo el boom de la memoria histórica es que animó a mucha gente a salir del silencio”, añade el historiador Francisco Espinosa en el prólogo.

Rafael Moreno destaca también la importancia de la publicación para arrancar compromisos a la administración. El autor confía ahora en que el alcalde efectivamente cumpla: “Sobre todo por José, un hombre que se sigue emocionando y que, de alguna manera, esto le va a permitir descansar al menos un poco”.

José Domínguez, conocido como Pedro el Sastre, fue enviado al frente a batallar donde operaban las tropas italianas que apoyaban a Franco en La Alcarria. Desde allí mandaba cartas a su madre sin saber que la habían matado. “Madre, no me llegan noticias suyas. Creo que no ha recibido la primera carta que le mandé en septiembre, nada más llegar a estas tierras alcarreñas. Me resulta extraño este silencio de letras y tintas pero serán cosas de los correos en tiempos de guerra”, escribe en una misiva recogida en el libro. Su memoria ha puesto nombre y apellidos a unas mujeres, a unas vivencias y recuerdos que, como subraya Francisco Espinosa, muy difícilmente habrían entrado en los libros de historia. José, con 95 años, ha logrado que todos los demás recuerden también a las Rosas de Guzmán.







652.- JFK: la herida sigue abierta



JFK: la herida sigue abierta

50 Aniversario de la muerte 
de Kennedy (Noviembre 1963-2013)
Un sorprendente libro del periodista Philip Shenon revela los secretos y mentiras que rodearon la investigación del magnicidio

ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS 

Hay una imagen escalofriante: el traje rosa, uno de los favoritos de su marido, que Jacqueline Kennedy lucía aquella tarde de hace 50 años sigue intacto, bañado en sangre, protegido de la luz y el aire en una cámara acorazada de los Archivos de la Nación, en los suburbios de Maryland, negando el paso del tiempo y afirmando desde su inocencia color chicle que medio siglo después del magnicidio de Dallas ni siquiera un trapo sucio puede descansar en paz.

No quedó rastro del famoso sombrerito que lucía la primera dama, pero lo aterrador es que el cerebro reventado del presidente de EE UU también desapareció misteriosamente del hospital donde se le practicó la autopsia. La CIA mintió, el FBI mintió, se quemaron, extraviaron y ocultaron datos y documentación fundamentales para el caso y la verdad (y por tanto la justicia) sobre el asesinato, el 22 de noviembre de 1963, de John Fitzgerald Kennedy quedó sepultada en una ignominiosa fosa común de especulaciones y vergüenza histórica. Una tragedia política que desde ahora cuenta con un capítulo más gracias a Philip Shenon, periodista de The New York Times, quien un día de hace cinco años recibió una extraña llamada de alerta.


Reconstrucción de un dibujante, basada en las fotos de la autopsia, de la herida en la cabeza del presidente Kennedy: el cráneo abierto en la parte derecha. / NARA


Al otro lado de la línea telefónica estaba un abogado que había comenzado su carrera en la Comisión Warren, establecida por el presidente Lyndon B. Johnson para resolver el caso y cuyas conclusiones fueron del todo insuficientes. El abogado le pedía al periodista reconstruir una vez más la vieja historia antes de que los implicados directos (la comisión se formó con jóvenes abogados llegados de los mejores despachos del país y otros veteranos con los que formaban parejas de trabajo) pasasen a mejor vida o perdiesen definitivamente la memoria. Por primera vez en medio siglo, muchos de los supervivientes vinculados a la investigación se han atrevido a hablar convirtiendo JFK. Caso Abierto. La historia secreta del asesinato de Kennedy (Debate) en un libro fundamental para arrojar luz sobre aquel pozo por el que se precipitó la inocencia de toda una generación.

Shenon ha necesitado 5 años y 752 páginas (incluido el índice de notas y el onomástico) para concluir no solo que la muerte de Kennedy pudo evitarse sino que la investigación del magnicidio estuvo torpedeada desde su inicio. Según Shenon, son cuatro los responsables más directos de la farsa que rodeó al caso: el director de la CIA, Richard Helms; el del FBI, J. Edgar Hoover; el presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos y responsable último de la comisión, Earl Warren y, lo más sorprendente, Robert Kennedy, hermano pequeño del presidente y su hombre de confianza.

El cerebro reventado del presidente Kennedy desapareció del hospital
Durante los cinco años que Bobby sobrevivió a su hermano, criticó ante amigos y familiares el trabajo de la Comisión Warren. Sin embargo no solo no hizo nada por denunciarla públicamente, sino que firmó un documento en el que negaba cualquier sospecha de conspiración. “Nadie estuvo en mejor posición que él para exigir la verdad, primero como fiscal, posteriormente como senador y, ante todo, como hermano del presidente”, escribe Shenon en su libro.

Lo cierto es que Robert Kenney —y otro nuevo volumen, La conspiración (Crítica), de David Talbot, se encarga de exponer al detalle las fuerzas oscuras que le acosaron— estaba obsesionado con la muerte de su hermano. Durante meses se vistió solo con su ropa y abrió su propia investigación privada para determinar si la Mafia o Jimmy Hoffa estaban implicados.



 
Ilustración que recrea la herida fatal de JFK. / NARA

Pero de toda la investigación de Shenon quizá el dato más novedoso hasta la fecha es el que sitúa a Lee Harvey Oswald en una trama mexicano-cubana que pese a su gravedad fue extrañamente pasada por alto primero y literalmente borrada del mapa después por la CIA y el FBI. Oswald estuvo en México semanas antes de viajar a Dallas, tuvo una amante mexicana que trabajaba en la embajada de Cuba y se reunió con espías de la isla. La CIA conocía todos los movimientos pero los ocultó. Después del asesinato, evitó a toda costa que circulase la información sobre el viaje a México. Se destruyeron pruebas y se ocultaron testimonios, como uno que aseguraba haber visto a Oswald en la embajada de Cuba jactándose de su intención de matar a Kennedy. El documento que probaba que la CIA y el FBI estaban al corriente desapareció antes de llegar a manos de los abogados. Pero la cosa no se queda ahí: la Comisón Warren se reunió en secreto con Fidel Castro. Uno de los abogados veteranos, William Coleman, se entrevistó con el mandatario en un yate con la misión de averiguar si los servicios secretos cubanos estaban o no implicados. Coleman, un afroamericano de brillante carrera, y Castro se habían conocido años antes en Nueva York en los locales nocturnos de Harlem. A Coleman le había impresionado el atractivo y la inteligencia del cubano, entonces un joven fascinado con el jazz que pasaba su luna de miel en Manhattan. A bordo del yate, navegando por el Atlántico, Castro negó cualquier vínculo con el asesinato, incluso se atrevió —pese a la invasión de Bahía de Cochinos— a expresar su admiración por Kennedy. Coleman concluyó que se fue de allí como llegó: confundido.

El texto de Shenon sitúa a Oswald en una trama mexicano-cubana

Es paradójico que la cantidad de documentación desclasificada en los últimos años contribuya a alimentar el fuego del embrollo y no al revés. ¿Por qué se ocultó que la policía secreta del presidente había salido a beber la noche antes del asesinato? ¿Por qué se censuró del testimonio de Jackie Kennedy su macabra descripción de cómo se aferró al cráneo roto de su marido? El misterio sigue vivo junto a montañas de documentos que se apilan ya sea sobre la mesa de un periodista o en los Archivos de la Nación. Una fría cámara acorazada dedicada a preservar con honores faraónicos los objetos mortuorios de una memoria inexplicable en la que cabe por igual un ensangrentado traje estilo Chanel o, a pocos metros, la película original que Abraham Zapruder capturó con su cámara casera, quizá el fragmento de cine más visto de la historia. Esa secuencia con la que millones de personas se siguen preguntando qué demonios falló.






¿Quién mató a Kennedy?

50 años después, las teorías conspiratorias siguen siendo mayoritarias al explicar el asesinato del presidente más famoso de EEUU

YOLANDA MONGE Dallas 





Una gran X marca en la carretera el lugar exacto donde fue herido de muerte el presidente John F. Kennedy en la tristemente famosa Plaza Dealey de Dallas. A su alrededor, y mientras la luz lo permite, turistas y nostálgicos toman fotografías observados por un número no desdeñable de personas que aseguran a quien quiera escucharlo que la versión oficial de lo que sucedió el viernes 22 de noviembre de 1963 en esta ciudad tejana está lejos de la realidad.


Los visitantes observan con una extraña mezcla de emoción y aversión el escenario que hace 50 años provocaría el nacimiento de una gran duda que sigue alimentándose cada día que pasa. Porque una gran mayoría de los estadounidenses rechazan la historia oficial presentada en el informe de la Comisión Warren, que aseguraba que el hombre que acabó con la vida del 35° presidente de la nación fue Lee Harvey Oswald y solo Lee Harvey Oswald.

Incluso el actual secretario de Estado rechaza la versión con la que la Administración de Lyndon B. Johnson cerró —con una rapidez inusitada— la investigación del asesinato, según comentarios recientes del jefe de la diplomacia norteamericana, John Kerry. Desde la muerte de Kennedy, de la que este viernes se cumplen 50 años, se han escrito más de 2.000 libros sobre el asesinato, muchos de los cuales abrazan una o varias teorías conspiratorias.

Mark Oates vende algunas de ellas, expuestas sobre un tenderete, en forma de libros o panfletos, dependiendo del dinero que el investigador de turno haya tenido a la hora de publicar su teoría. Una mujer se acerca al puesto y durante un rato mira el vídeo que explica las poderosas y ocultas fuerzas que estuvieron detrás del asesinato. Al cabo de menos de dos minutos pierde el interés y sigue caminando. Cuando se le pregunta si cree que a Kennedy le mató Oswald, sin embargo, contesta que no. ¿Quién, entonces? “No sé, pero no fue Oswald”.

Solo un 36% de los estadounidenses creen en las conclusiones de la Comisión Warren
Si es cierto que el tiempo ha ido rebajando el número de quienes ven una mano conspiratoria tras el asesinato, también es una realidad que esos porcentajes siguen siendo muy altos. En 2001, un 81% de la población consideraba que no se sabía toda la verdad y apostaba por la conspiración, según un sondeo de Associated Press. En 2003, era un 75%, según Gallup. Hoy en día el porcentaje supera el 60%, de nuevo según AP. Solo un 36% dijo creer a la Comisión Warren cuando esta presentó sus conclusiones.

El número de teorías puede llegar a marear cuando se bucea en ellas: la mafia; la CIA; millonarios de extrema derecha; el complejo militar-industrial temeroso de que Kennedy saliera de Vietnam y que pusiera fin a la guerra fría; los magnates del petróleo temerosos de que el presidente demócrata les impusiera unos impuestos de los que entonces estaban exentos; Fidel Castro; los enemigos de Fidel Castro; la Unión Soviética; e incluso Lyndon B. Johnson, el vicepresidente de Kennedy y el hombre que juró el cargo junto al féretro del cadáver del mandatario, que según lee la teoría conspiratoria habría temido ser apartado del tándem de cara a las presidenciales de 1964 y optó por la vía expeditiva para llegar a la Casa Blanca.

Quienes defienden que fue la Mafia quien atentó contra Kennedy se basan en que la CIA sabía que el crimen organizado discutía asesinar al “presidente”. Pero según explica Forrest Scheiber, habitual desde 1995 de la Plaza Dealey, el presidente a quien quería eliminar la Mafia no era Kennedy si no Castro, ya que su llegada al poder les había hecho perder lo que suponían sería una lucrativa inversión en los casinos instaurados en La Habana durante la época de Batista. Aunque “para ser justos”, también apunta Scheiber, la fallida invasión de Bahía de Cochinos —emprendida por Kennedy— acabó con cualquier esperanza del crimen organizado de retornar a la isla. “¿Quién sabe?”, dice encogiéndose de hombros.

A la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) se le atribuyen varios asesinatos políticos de alto nivel de los años sesenta, y el de Kennedy es uno de ellos, siempre según los amantes de la conspiración. Una teoría asegura que Oswald era un agente del espionaje norteamericano —algo que aseguró la señora Marguerite, madre de Oswald, hasta su último aliento en 1981— al que la agencia utilizó y luego entregó en bandeja de plata como chivo expiatorio del crimen político.

"¿Cómo un marine del Ejército de EE UU pudo traicionar así a su país?", se pregunta un joven
En el conocido como ‘Grassy Knoll’, epítome local de la teoría conspiratoria, sobre la hierba de un montículo famoso pese a su insignificancia, Jerome Mead acusa a los soviéticos del crimen. Mead hace referencia al famoso hombre del paraguas, ese sujeto que se ve en algunas instantáneas de la época y que, incomprensiblemente, portaba un paraguas negro abierto a pesar del día soleado y seco. “Eran tiempos de guerra fría”, explica este joven de 27 años, casi nacido cuando ya no existía el Muro de Berlín. Según su relato, el dirigente soviético Nikita Kruschev no perdonó a Kennedy haber tenido que dar marcha atrás tras la crisis de los Misiles y puso precio a su cabeza. “El paraguas era una señal”, dice misterioso.

Y por supuesto está la prueba irrefutable de que Oswald abandonó EE UU para vivir en la URSS, donde conoció a su mujer y madre de sus dos hijas, Marina, y de donde volvió convertido en “un traidor comunista”, apunta Mead. “Quién sabe lo que pasó en la época en que Oswald vivió entre ellos [los comunistas]. ¿Cómo un marine del Ejército de EE UU pudo traicionar así a su país?”, se pregunta.

Un disparo, dos, tres… hasta cinco tiros dicen que se escucharon. Todos provenientes de arma cubanas. “¿No quiso Kennedy acabar con Castro?”, pregunta Harold Myers, que hoy vende chapas conmemorativas, sin casi darse tiempo a acabar para decir: “Pues fue Castro quien acabó antes con Kennedy”, asegura sin dar más explicaciones y acercándose a un grupo de doctores que se encuentran estos días en la ciudad tejana para una convención de cirugía cardiaca. Expuesto lo anterior, la teoría cubana tuvo su mayor defensor en el presidente Johnson, quien llegó a decir lo siguiente en televisión en 1968: “Kennedy intentaba llegar a Castro pero fue Castro quien llegó primero”.

Cae la noche sobre la Plaza Dealey y quienes no se adhieren a la versión oficial dan el día por concluido. Saben que esta semana es importante. Esta semana tendrán la atención de los medios de comunicación y Dallas conmemorará, por primera vez desde el magnicidio, el aniversario de la muerte de Kennedy. “¿Quién sabe?”, dice Scheiber, “puede que no haya que esperar otros 50 años para conocer la verdad”, asegura al añadir que el resto de los archivos clasificados del caso Kennedy deberían ser accesibles al público en 2017 y dar a conocer la verdad. Quién sabe.




Abraham Zapruder, piedra fundacional 
del periodismo ciudadano

Un fabricante de ropa para mujeres grabó por casualidad la secuencia del magnicidio de JFK

YOLANDA MONGE Washington 




Abraham Zapruder no volvió jamás a mirar a través de la lente de una cámara después del 22 de noviembre de 1963. “Me despertaba y revivía el momento una y otra vez. Tenía pesadillas”, declaró Zapruder tras admitir llorando que había visto su propia película demasiadas veces. En al menos dos ocasiones, durante su testimonio ante la Comisión Warren y años después durante el juicio en Nueva Orleans a la única persona que jamás ha sido encausada por el asesinato del presidente John F. Kennedy (Clay Shaw), Zapruder fue obligado por ley a testificar sobre la película que le cambiaría la vida.

La existencia de este hombre de 58 años volvió a la normalidad tras el magnicidio, pero “nunca pudo escapar a las consecuencias de haber estado tras la cámara aquel día”, explica a los medios estos días su nieta, Alexandra Zapruder.

JFK sigue muriendo una y otra vez en la película de Zapruder, un emigrante judío que a los 15 años dejó Rusia en busca del sueño americano que le llegó de la mano de la tragedia. El día que murió Kennedy, el cofundador de una fábrica de ropa para mujeres había olvidado su Bell & Howell 414 de 8 milímetros en casa. Un compañero le instó a que fuera a buscarla. Ambos aprovecharon la hora del almuerzo para asistir al paso de la comitiva presidencial que recorrería las calles del centro de Dallas.

Abraham Zapruder estaba en un lugar privilegiado para capturar lo que pasó
Subido en una plataforma de cemento de poco más de un metro, Zapruder estaba en un lugar privilegiado para capturar lo que sucedió aquel día de hace medio siglo. Con pulso firme, según se acercaba la caravana que transportaba a Kennedy, su esposa Jackie, el Gobernador de Texas, John Connally, y su esposa Nellie, Zapruder comenzó a filmar con película de color Kodachrome II. Grabó durante siete segundos y paró porque dejó de ver el coche en el que viajaba Kennedy.

Enseguida volvió a ver el flamante Lincoln Continental tocado por banderines estadounidenses. Zapruder volvió a filmar, de izquierda a derecha, a medida que la limusina se adentraba en Elm Street, sin imaginar que estaba a punto de grabar una auténtica ‘snuff movie’. Entonces fue cuando oyó un sonido similar a un petardo, y eso fue lo que pensó que era, un cohete de celebración. Y siguió filmando. Pero entonces la tragedia ya se había desencadenado y el coche huía veloz por la carretera camino al hospital, con el presidente herido de muerte.


En una entrevista en 1966, Zapruder explicó cómo estaba grabando, cómo veía a Jacqueline y al presidente saludar a la gente, cuando de repente observó que Kennedy se desplomaba sobre su mujer, sin entender qué estaba pasando. Fue entonces cuando oyó una segunda detonación. “Vi cómo se le abría la cabeza y empecé a chillar: ¡Le han matado, le han matado!, y seguí filmando hasta que el coche desapareció bajo el puente”.

Aturdido, Zapruder no se movió de su sitio. Harry McCormick, a sueldo del diario The Dallas Morning News, se dio cuenta de que tenía una cámara en la mano y se acercó a él para hacerle unas preguntas. Zapruder le dijo que no iba a hablar con nadie que no fuera una autoridad federal. McCormick le prometió que buscaría al jefe del Servicio Secreto en Dallas y le llevaría a su lugar de trabajo, la compañía de confección de ropa de mujer Jennifer Juniors, muy cerca del Depósito de Libros desde donde Lee Harvey Oswald acabó con la vida del presidente 35 de la nación.

En las horas que siguieron al magnicidio, Zapruder reveló la película y mandó hacer tres copias. Dos fueron entregadas una al Servicio Secreto y la otra al FBI. Por la tercera pelearon, chequera en mano, varios medios de comunicación y finalmente fue Richard Stolley, director de la revista Life en la costa oeste, quién logró el histórico documento. En una entrevista reciente, Stolley -85 años- aseguraba que ver la película y el tristemente célebre fotograma 313 –en el que se recoge el estallido del craneo del presidente fruto de la tercera bala- fue “el momento más dramático” de su carrera. Time pagó un total de 150.000 dólares a Zapruder y le prometió no publicar nunca el fotograma 313, el disparo fatal –el primero impactó en la carretera; el segundo en la garganta del mandatario-. En 1999, el Gobierno de EEUU acordó comprar la película a la familia del emigrante ruso por más de 16 millones, película que hoy se guarda en una sección de los Archivos Nacionales radicada en College Park, Maryland, a las afueras de Washington.

La noche de aquel fatídico viernes 22 de noviembre, en uno de los días más sombríos de la historia de EEUU, Zapruder regresó a su casa, preparó su proyector y mostró la cinta original a su mujer y su yerno. Su hija, Myrna, se negó a verla.

Para estar considerada la piedra fundacional del periodismo ciudadano, la cinta Zapruder, en sí, no es gran cosa: Metro ochenta de estrecho celuloide que contiene menos de 500 imágenes mudas de grano gordo y que tiene una duración de 26 segundos. Y sin embargo, es la prueba más importante en el que es, quizá, el crimen más discutido en la historia de la nación.

Excepto por unas cuantas imágenes fijas que publicó Life, pasaron años hasta que el público pudo ver lo que había filmado Zapruder. En 1969, cuando faltaba un año para la muerte por cáncer del hombre que emigró desde una ciudad de Ucrania –entonces perteneciente al imperio ruso- a Brooklyn, el filme se pasó hasta 10 veces ante el jurado en el proceso contra Clay Shaw en Luisiana. Oliver Stone la utilizó de tal manera en su memorable JFK que no dejó otra opción que la de creer que la muerte de Kennedy fue fruto de una inmensa conspiración que englobaba desde Lyndon B. Johnson; hasta la CIA; la Mafia; la industria armamentística e incluso la comunidad gay (Clay Shaw era un acaudalado hombre de negocios de Nueva Orleans que escondía su homosexualidad).

Pero no fue hasta marzo de 1975 cuando los norteamericanos pudieron ver en movimiento el horror contenido en la película Zapruder. Su exhibición provocó que se formara en la Cámara de Representantes un Comité especial para investigar la muerte de JFK –también indagó en la de Martin Luther King-. Al contrario que la Comisión Warren, el Comité sobre Asesinatos concluyó que la muerte de Kennedy fue el resultado de una conspiración que involucró a mútiples pistoleros.

“La película Zapruder no les aportará paz”, advierte Life Magazine en una obra especial que conmemora el 50 aniversario de la muerte del presidente más famoso de la historia de EE UU. “No es que sea ambigua, porque no lo es, sólo que la gente la verá y cada cual sacará una conclusión distinta”, asegura la revista. Cierto. Basta con ‘googlear’ el término Zapruder para que salten a la pantalla todo tipo de teorías de la conspiración y juegos de poder.

En los años sesenta, de las más de 200.000 personas que asistieron a ver el paso de la comitiva presidencial (un tercio de la entonces población de Dallas), solo un puñado grabó el acontecimiento. De esos, solo Zapruder captó el asesinato. En la era de los teléfonos inteligentes, en la época en la que la intimidad practicamente ha desaparecido de la vida, el mundo estaría ante miles y miles de potenciales Zapruders.




El Camelot de Kennedy sin conspiraciones

GUILLERMO ALTARES Madrid 17 NOV 2013 - 19:54 CET27


Rob Lowe como JFK en la película 'Matar a Kennedy'.


Camelot es el nombre con el que se conoce a la Casa Blanca de la época de JFK, por la mezcla que destilaba de poder, magia y juventud, por la sensación de que los Kennedy se habían convertido en reyes; pero también porque tenía su lado oscuro: no podemos olvidar que la reina Ginebra se escapó con Lancelot. Es imposible saber si esa imagen mítica hubiese llegado hasta nosotros si JFK no hubiera sido asesinado poco después del mediodía del 22 de noviembre de 1963, hace ahora 50 años, cuando su coche circulaba por la calle Elm de Dallas. Tampoco podemos saber si toda esa magia que rodeó su presidencia hubiese permanecido intacta de no haber sido por el magnicidio, el acontecimiento histórico que más teorías de la conspiración ha producido y que abrió una nueva era en los medios de comunicación de masas. Hace pocos días, la directora de The New York Times, Jill Abramson, escribió un largo artículo sobre la bibliografía en torno a JFK en el que explicaba que el mito había vencido a la historia porque, a diferencia de lo que ocurre con otros presidentes (como Lyndon B. Johnson con Robert Caro), Kennedy no tiene un gran historiador ni un libro que se pueda considerar definitivo e incontestable.

“Incluso los hechos más básicos sobre la muerte de Kennedy están sujetos a controversia. El consenso histórico parece haber dejado claro que Lee Harvey Oswald fue un asesino solitario, pero las teorías de la conspiración abundan, incluyendo a Johnson, la CIA, la mafia, Fidel Castro y una barroca combinación de todos ellos”, señala Abramson. Y no se puede decir que la bibliografía sea escasa: se han publicado unos 40.000 volúmenes sobre Kennedy. Al final, Abramson se queda con el relato que el gran escritor estadounidense Norman Mailer construyó sobre el asesinato sin caer en delirios conspirativos, a medio camino entre el periodismo, el ensayo y la novela de no ficción: Oswald. Un misterio americano (Anagrama).

La gran ventaja de Matar a Kennedy, la película para televisión producida por Riddley Scott que el canal National Geographic va a emitir este domingo a las 21.30 y Cuatro el próximo sábado en abierto, es que renuncia al mito para tratar de ceñirse a los hechos incontestables, trata de viajar a un Camelot sin conspiraciones. En su relato sobre el momento en el que Oswald dispara contra Kennedy desde la sexta planta del almacén de libros de la plaza Dealy, Mailer explica que la mayoría de los escépticos y conspiranoicos creen imposible que el asesino estuviese tan tranquilo y lograse escapar después de haber disparado contra el presidente. “Si uno asume que disparó contra Kennedy, la única respuesta posible es que fue capaz de superar las más férreas barreras de su mente: había matado al rey, lo que en términos psicológicos es el equivalente a romper la barrera del sonido”. Esos instantes cruciales de la historia del siglo XX están recogidos sin estridencias en el filme.

La película no convencerá a los aficionados a las teorías de la conspiración y desde luego no puede competir con la avalancha de argumentos tan arrolladores como tramposos que exhibe Oliver Stone en JFK; pero es una buena lección de historia que logra resumir en apenas una hora y media no solo la presidencia de Kennedy –desde la noche electoral de 1960 hasta la Crisis de los Misiles, que puso al mundo al borde del apocalipsis nuclear, pasando POR el desastre de Bahía de Cochinos, la fallida invasión de Cuba–, sino también el viaje que llevó a Lee Harvey Oswald a cometer el magnicidio (si, como apostilla tanta veces Norman Mailer en su libro, lo cometió).

Matar a Kennedy, basado en un libro de uno de los periodistas conservadores más conocidos de EEUU, Bill O’Reilly, trata de dejar pocos cabos sueltos: aparecen las dudas de JFK en los momentos de crisis, sus constantes infidelidades –compartió amante con el capo mafioso Sam Giancana, lo que no parece muy sensato para un presidente de EEUU– , sus profundos lazos con su hermano y fiscal general del Estado, Robert F. Kennedy (también asesinado cinco años después), hasta el vestido rosa de Jacqueline y la afición del presidente al musical Camelot, estrenado en Broadway el mismo año en que llegó a la Casa Blanca. Los delirios de grandeza de Oswald, un exmarine que decidió desertar a la URSS y luego volvió a Estados Unidos, que estuvo en el radar del FBI por su apoyo a la Cuba de Castro, obsesionado con saltar a la fama, también tiene un reflejo en el filme. En la reconstrucción lo que menos funciona es lo más difícil, las actuaciones: Rob Lowe resulta un poco afectado como Kennedy y Will Rothhaar exagera un poco los delirios de Oswald. Pero el conjunto es una buena recreación histórica y, sobre todo, ofrece hipótesis sensatas.

Como escribe el periodista Tim Weiner, ganador del premio Pulitzer, en su magnífica historia de la CIA, Legado de cenizas (Debate): “Un airado disidente que admiraba a Castro, de quien la CIA tenía razones para creer que se le podría haber reclutado como agente comunista y que buscaba un modo de regresar a Moscú a través de La Habana, estaba vigilando la ruta que iba a recorrer la caravana del presidente en Dallas. La CIA y el FBI jamás compararon sus notas y el FBI jamás estuvo cerca de seguirle pista. Aquello fue el preludio de la que sería su actuación en las semanas anteriores al 11 de septiembre de 2001: un caso de ‘flagrante incompetencia’, según declararía J. Edgar Hoover en un memorando redactado el 10 de diciembre de 1963 y que se mantendría en secreto hasta finales del siglo XX”. Al final, como tantas veces, la explicación más sencilla parece la verdadera.



651.- La ONU saca los colores a Gallardón y a su contrarreforma del aborto

Imagen de la catedral de Santiago de Compostela rodeada por los manifestantes por el aborto libre. EP

La ONU saca los colores a Gallardón 
y a su contrarreforma del aborto


Mientras el ministro de Justicia pretende suprimir el derecho de las chicas de 16 y 17 años a abortar sin permiso paterno, un informe de Naciones Unidas reivindica que las adolescentes puedan tomar decisiones sobre su propia vida.

ANNA FLOTATS Madrid Público.es

Rajoy desautoriza a Gallardón y aplaza 'sine die' la reforma de la ley del aborto
Uno de los cambios que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, tiene previsto introducir en la nueva Ley del Aborto consiste en suprimir el derecho de las chicas de 16 y 17 a abortar sin el permiso de sus padres. Una decisión que está en las antípodas del camino a seguir que marca la ONU. El estudio Maternidad en la niñez: enfrentar el reto de l embarazo en adolescentes —incluido en el Estado de la Población Mundial 2013 que acaba de publicar el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)— establece como reto de todos los gobiernos el "empoderamiento de las niñas". Es decir, "desarrollar su capacidad, permitiéndoles tomar decisiones en la vida".

"Los gobiernos tienen el compromiso de ratificar los derechos de las niñas a la educación y a la sanidad, incluida la salud sexual y reproductiva", reza el informe, que añade que este empoderamiento es clave para evitar embarazos adolescentes. La reforma de la ley del aborto que prepara Gallardón —aunque ha sido aplazada hasta en seis ocasiones— cercenará los derechos y la capacidad de decisión de las adolescentes, a pesar de que la ONU afirma que "es esencial construir una sociedad donde las niñas (...) sean capaces de tomar decisiones sobre su futuro y que afectan a sus vidas directamente". E insiste: "El embarazo en adolescentes no es el resultado de una decisión deliberada. Al contrario, el embarazo en general es el resultado de la ausencia de poder decisión". 

La ONU pone de ejemplo de buenas prácticas a los Países Bajos, con una de las leyes más permisivas y con la menor tasa de abortos del mundo
La ley del aborto que puso en marcha el PSOE daba a las adolescentes la posibilidad de abortar por decisión propia, pero Gallardón les arrebatará ese derecho con una de las leyes más restrictivas de Europa sin hacer caso a las evidencias científicas, como un estudio de la revista The Lancet, que demuestra que la tasa de abortos es menor en países con leyes más permisivas y el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que revela que restringir el aborto sólo provoca más mortalidad materna. Poner trabas a la interrupción voluntaria del embarazo fomenta además los abortos en condiciones de riesgo, que "se realizan en un 98% en países en desarrollo donde el aborto suele ser ilegal", dice la ONU. 

De hecho, el informe pone como ejemplo de buenas prácticas a los Países Bajos, que tiene una de las leyes más permisivas de Europa —las mujeres pueden abortar desde los 16 años hasta prácticamente la semana 24 de gestación— y, a la vez, "una de las tasas de aborto más bajas del mundo". Al margen de las leyes, un factor clave para reducir el número de embarazos adolescentes es la educación. La ONU afirma que "las mayores tasas de alfabetización de las mujeres entre 15 y 19 años están relacionadas con tasas considerablemente más bajas de natalidad adolescente". En este sentido, los Países Bajos también son un ejemplo a seguir, según la ONU, porque "ha incluido la planificación familiar en el sistema público nacional de seguros médicos y proporciona anticonceptivos de manera gratuita".  

Vuelta a la ley de 1985

Actualmente, y desde el año 2010, la Ley de Salud Sexual y Reproductiva garantiza a las mujeres el derecho a decidir libremente la maternidad. Pueden abortar sin dar explicaciones hasta la semana 14 de embarazo. A partir de entonces, y hasta la semana 22, pueden hacerlo sólo si se aprecian malformaciones fetales o si hay riesgo para la salud de la madre. Después de este tiempo, la interrupción del embarazo sólo está permitida si un comité médico determina que hay una malformación grave o incompatible con la vida.

Lo que pretende ahora el Gobierno de Mariano Rajoy es cambiar esta ley "de plazos" por una de "supuestos", de modo que el aborto sea un delito excepto en casos concretos. De momento, las excepciones se desconocen, pero en España, entre 1985 y 2010, la interrupción del embarazo sólo estaba despenalizada en tres casos: violación (en las 12 primeras semanas), malformación del feto (hasta la semana 22) y riesgo grave para la salud física o psíquica de la mujer (en cualquier momento). De hecho, una de las pocas pistas que ha dado el titular de Justicia sobre el tema es que el objetivo del Gobierno no es volver a la ley de 1985, sino "corregir los defectos que tenía" como por ejemplo, que la malformación del feto no sea uno de los supuestos que permita abortar de manera legal.  



Gallardón asume un nuevo retraso en la aprobación de la ley del aborto


El ministro de Justicia asegura que el proyecto de ley se aprobará "en cuestión de semanas" el mismo día en que el secretario de Estado comunica a una plataforma en defensa de los derechos reproductivos que el trámite "no será inmediato".

A. F. / AGENCIAS Público.es

Gallardón aprobará la contrarreforma del aborto en octubre
Rajoy desautoriza a Gallardón y aplaza 'sine die' la reforma de la ley del aborto
El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, ha asegurado que, si no se aprueba en el mes de octubre, "será cuestión de semanas" que el proyecto de Ley del Aborto sea aprobado por el Consejo de Ministros.

En la rueda de prensa posterior al Consejo, el titular de Justicia ha asumido el posible retraso sobre la fecha marcada por el Ejecutivo para aprobar esta norma —en julio aseguró que vería la luz en el siguiente trimestre— porque, aunque el trabajo esta "avanzadísimo", todavía necesitan hacer "algunas profundizaciones en determinados aspectos del texto, que es un texto importante.

Gallardón ha argumentado, además, que su departamento está llevando a cabo "un enorme trabajo legislativo", con la remisión al Congreso del Código Penal, la aprobación del Estatuto de la víctima, y el trabajo simultáneo en el Código Mercantil, la Ley de Enjuiciamiento Criminal y la Ley orgánica, así como la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). "Si no cumplimos la matemática exacta (agosto, septiembre y octubre, sería porque nos demorásemos unas semanas en la presentación del proyecto", ha insistido.

Precisamente hoy, la Plataforma Estatal en defensa de los derechos sexuales y reproductivos Decidir nos hace libres ha mantenido una reunión con el secretario de Estado de Justicia, Fernando Román, tras la petición reiterada del colectivo desde septiembre de 2012.Según la portavoz de la plataforma, Isabel Serrano, Román les ha asegurado que el proyecto de ley no tiene "calendario ni contenido" y que puede ir al Consejo de Ministros en los próximos tres meses "pero no de manera inmediata". Según la plataforma, Román ha reconocido que dado el debate social que ha generado la reforma, "el resultado final no va a gustar al 50% de la población".  





La reforma del aborto de Gallardón será más restrictiva que la de países tan católicos como Italia o Polonia

Sólo Irlanda, Andorra, Malta, Mónaco, Liechtenstein y San Marino prohíben la interrupción voluntaria del embarazo en casos de malformación fetal; una de las medidas anunciadas por el ministro de Justicia

ANNA FLOTATS/PAULA DÍAZ Público.es


Malta, Chile, El Salvador, Nicaragua y República Dominicana son los cinco países del mundo donde el aborto no está permitido en ningún caso y es un delito penado con cárcel. En otros, como Argentina, Irlanda, Indonesia, Brasil, Guatemala, Honduras, Paraguay, Venezuela o Somalia sólo se permite cuando la vida de la gestante corre peligro, según el último informe de ONU Mujeres titulado El Progreso de las Mujeres en el Mundo [pdf]. Mientras, en las zonas que recientemente se han abierto a la permisividad, como Urugay, donde ya se permite la interrupción libre del embarazo hasta las 12 semanas de gestación, la medida ya ha dado sus buenos resultados eliminando riesgos para la salud de las mujeres.

Por todo ello, porque son numerosos los organismos internacionales que advierten que restringir el aborto sólo conlleva clandestinidad y muerte, las organizaciones feministas vuelven a conmemorar hoy el Día Internacional por la Despenalización del Aborto, por una interrupción del embarazo "legal, segura, libre y gratuita". 

En España, la situación es confusa. A pesar de la intencionada falta de concreción del Gobierno sobre la reforma de la ley, las pistas que ha dado hasta ahora el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, dibujan un marco legal más restrictivo incluso que el de países tradicionalmente católicos como Italia o Polonia, que devolverá al país a tiempos de hace más de 30 años.

Actualmente, y desde el año 2010, la Ley de Salud Sexual y Reproductiva garantiza a las mujeres el derecho a decidir libremente la maternidad. Pueden abortar sin dar explicaciones hasta la semana 14 de embarazo. A partir de entonces, y hasta la semana 22, pueden hacerlo sólo si se aprecian malformaciones fetales o si hay riesgo para la salud de la madre. Después de este tiempo, la interrupción del embarazo sólo está permitida si un comité médico determina que hay una malformación grave o incompatible con la vida.

Restringir el aborto sólo provoca más mortalidad materna, según la OMS
Lo que pretende ahora el Gobierno de Mariano Rajoy es cambiar esta ley "de plazos" por una de "supuestos", de modo que el aborto sea un delito excepto en casos concretos. De momento, las excepciones se desconocen, pero en España, entre 1985 y 2010, la interrupción del embarazo sólo estaba despenalizada en tres casos: violación (en las 12 primeras semanas), malformación del feto (hasta la semana 22) y riesgo grave para la salud física o psíquica de la mujer (en cualquier momento). De hecho, una de las pocas pistas que ha dado el titular de Justicia sobre el tema es que el objetivo del Gobierno no es volver a la ley de 1985, sino "corregir los defectos que tenía" como por ejemplo, que la malformación del feto no sea uno de los supuestos que permita abortar de manera legal.

Aun así, Gallardón no ha dado nada por sentado y lo poco que se sabe de esta reforma legal es lo que el ministro ha ido diciendo con cuentagotas en entrevistas en los medios de comunicación o respondiendo a preguntas en el Congreso. Esa estudiada inconcreción demuestra la falta de unanimidad que hay en el Gobierno sobre cómo regular la interrupción del embarazo. La falta de acuerdo se confirmó el pasado mes de julio cuando la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que la modificación de la norma quedaba aplazada sine die. Aun así, el titular de Justicia volvió a amenazar con aprobar su "contrarreforma" en octubre en una reciente entrevista con RNE.

Reducir el número de abortos 

Por otra parte, uno de los objetivos que el Gobierno dice querer alcanzar con el endurecimiento de la ley es reducir el número de abortos, que en 2011 llegaron a 118.359. Pero el argumento es falaz. Un estudio de la revista The Lancet demuestra que la tasa de abortos es menor en países con leyes más permisivas y el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que restringir el aborto sólo provoca más mortalidad materna.

Dar marcha atrás en la actual Ley del Aborto en los términos anunciados por Gallardón situaría al país en el ránking de los países más restrictivos de Europa. De hecho, sólo Irlanda, Andorra, Malta, Mónaco, Liechtenstein y San Marino no admiten la malformación fetal como motivo para interrumpir un embarazo. En Polonia, con gran tradición católica, la práctica está despenalizada salvo en los supuestos "por motivos económicos o sociales" y "a petición de la interesada". Incluso en Italia, donde la influencia del Vaticano es evidente, cualquier mujer que lo desee puede poner fin a su gestación sin necesidad de poner excusas.

También supondría equiparar a España con buena parte de las zonas más subdesarrolladas de África o América Latina. Este mismo año, la joven salvadoreña bautizada por los medios como Beatriz pudo someterse a un parto inducido de un feto sin cerebro  gracias a la presión mundial ejercida sobre el Gobierno de su país. Pero otras Beatrices no tienen tanta "suerte" y recurren a la clandestinidad, con todos los riesgos que ello conlleva.





Mujeres en lucha por un aborto "libre, seguro y accesible"

La plataforma Decidir nos hace libres se movilizará a partir de este fin de semana contra la reforma de la ley de interrupción del embarazo

EUROPA PRESS Madrid 


Así lo han explicado en rueda de prensa la portavoz de la Plataforma y presidenta de Fundación Mujeres, Marisa Soleto; la portavoz de Fundación Mujeres Jóvenes, Tania Campos; y la portavoz de la Asociación de Clínicas acreditadas para la interrupción del embarazo (ACAI) y miembro de la corriente Las Otras Feministas, Empar Pineda.

Según han señalado, las movilizaciones se iniciarán en torno a la conmemoración, el 28 de septiembre, del Día de Acción Global por el aborto seguro y legal, que se celebra en todo el mundo y que en España se traducirá en concentraciones, charlas y representaciones en distintas ciudades. El acto central tendrá lugar en Madrid, el mismo 28 por la mañana, con una concentración en Red De San Luis y una manifestación, la víspera, que saldrá de San Bernardo a las siete de la tarde.

Soleto ha llamado a todos los ciudadanos a sumarse a estas protestas que, según ha dicho, "serán sostenidas en el tiempo" y se irán reproduciendo a lo largo de las próximas "semanas o meses o cuanto sea necesario" a fin de parar una reforma legislativa que, en su opinión, es "un retroceso legal" que condenará a miles de mujeres al aborto clandestino e inseguro o, si tienen recursos económicos, a la "emigración abortiva".

En este sentido, Pineda ha ofrecido datos de los últimos estudios de la ACAI para asegurar que con los cambios que ha ido anunciando el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, "105.341 de las 118.359 mujeres que abortan al año en España serán invisibles" porque sus motivaciones, de índole laboral o económico (30%) o de tipo personal (60%) no encontrarán respaldo en la normativa.

En su opinión, esto no significa que se vayan a producir cien mil abortos menos al cabo del año, sino que estas mujeres lo harán a escondidas o en el extranjero. "Si la reforma se aprueba, ¿qué hará Gallardón con ellas? ¿Bajo qué supuesto ocultará su legítimo derecho?", se ha preguntado Pineda para incidir en que el ministro "aún no ha asimilado" que una mujer que quiera abortar "lo hará con ley o sin ella".






domingo, 17 de noviembre de 2013

650.- Cuando los millones del fútbol pesan más que los derechos humanos

Puyol recibe un premio de dos autoridades deportivas de Qatar durante la visita de La Roja a Doha en febrero de este año. AFP / AL-WATAN DOHA / KARIM JAAFAR
Puyol recibe un premio de dos autoridades deportivas de Qatar durante la visita de La Roja a Doha en febrero de este año. AFP / AL-WATAN DOHA / KARIM JAAFAR



Cuando los millones del fútbol pesan más 
que los derechos humanos


El amistoso en Guinea es un ejemplo más de cómo instituciones y clubes españoles han mirado más a la chequera que a la ética a la hora de visitar países como China, Tailandia, Malasia o Marruecos

EDUARDO ORTEGA Madrid


Restricciones a la libertad de prensa, de expresión y de manifestación. Régimen de incomunicación y desapariciones forzadas. Juicios sin garantías. Detención arbitraria de opositores. Casos de homicidios ilegítimos. Torturas y malos tratos constantes. Todo esto sucede en Guinea Ecuatorial, según denuncia Amnistía Internacional. El escaso respeto por los derechos humanos no es algo que, sin embargo, parezca preocupar a la Federación Española de Fútbol, que, con el visto bueno del Gobierno, ha llevado a La Roja a jugar esta noche un partido amistoso en la que fuera colonia hispana.

Ni siquiera el hecho de que en esta ocasión el presidente de la Federación, Ángel María Villar, no vaya a hacer caja con el bolo -aunque sí con los derechos de televisión- ha evitado que buena parte de la oposición en España y grupos proderechos humanos hayan pedido que se boicotee el choque. Critican la "falta de sensibilidad" de la Federación y que el equipo español se haya prestado al "sucio juego propagandístico" de la dictadura de Teodoro Obiang. El sátrapa ha prometido a los jugadores de su selección una cuantiosa prima de cinco millones de euros si vencen.

La Roja, no obstante, ha decidido no prestarse a acto publicitario o institucional alguno con el dictador o cualquier miembro del Gobierno guineano, pese a las presiones del régimen para que el apoyo, tanto político como deportivo, fuera mayor. El líder del partido del tirano lamentaba que se "haya politizado este encuentro deportivo, aprovechando el mismo para hacer política y poner en contra a los dos países". "Es un bien de la humanidad que debe ser disfrutado y compartido por todo el mundo", añadía Jerónimo Osa Osa. No se han repetido en Malabo las habituales imágenes de los jugadores con gobernantes de los estados que visitan.

Tampoco han querido saber nada de polémicas los internacionales. "Solo me centro en el tema deportivo, el resto no me importa", afirmaba el jueves Fernando Llorente. La actitud de los equipos españoles de ponerse de perfil ante totalitarismos o ante graves violaciones de derechos humanos es, sin embargo, tan habitual como la de los organismos internacionales. Similar a las actuaciones de la FIFA o el COI, que han otorgado la organización de grandes eventos deportivos a dictaduras como la de Videla (el Mundial de 1978), a regímenes comunistas como en los Juegos a Pekín en 2008 o a países que no respetan la igualdad de sexos como Qatar, que organizará el Mundial de 2022.

El caso de la selección, además, se repite este año. En febrero ya fueron a Doha, la capital qatarí, a jugar ante Uruguay un millonario bolo. Allí apenas existe la libertad de expresión y es casi absoluta la discriminación de las mujeres y los inmigrantes. Son comunes los trabajos forzados y la esclavitud, así como condenas crueles y degradantes, tales como recibir latigazos por "relaciones sexuales ilícitas" o por consumir alcohol.

Las amistades de Rosell 

No solo las selecciones o los organismos internacionales hacen caso omiso a los derechos humanos. Los clubes también organizan giras mirando más al bolsillo que a la ética. Así, es también reincidente el Barcelona. Se le ha visto este verano recorrer China, donde muchos de sus ciudadanos no podían acudir a ver a los Messi, Neymar o Iniesta porque se encuentran en campos de reeducación, detenidos de manera forzosa o directamente desaparecidos. En el país que más penas de muerte ejecuta del mundo, las torturas y la censura son terribles. Nada que impidiera al club que dirige Rosell sacar una buena tajada a cambio de mirar para otro lado. La gira azulgrana también pasó por Tailandia y Malasia, donde el respeto por las libertades es tan poco habitual como frecuente es la represión, según denuncia Human Rights Watch.

Los estrechos lazos del presidente del Barça con el emirato sirvieron en bandeja el trato con Qatar Airways

La violencia tampoco evitó que el presidente culé exhibiera a sus jugadores en Marruecos el año pasado en un amistoso. Amnistía Internacional ha denunciado en numerosas ocasiones el aumento de la represión, las torturas y la falta de libertad de expresión en el reino de Mohammed VI. También expresa su preocupación por la exclusión de la mujer y por los prisioneros de guerra.

Las estrictas leyes que se aplican en Qatar tampoco son óbice para que el equipo azulgrana luzca publicidad de la aerolínea Qatar Airways y llene así sus arcas: unos cien millones de euros en tres años. Los estrechos lazos del presidente del Barça con las más altas esferas del lugar han facilitado este acuerdo. En 2006, Rosell comenzó a hacer negocios con el emirato y en 2010 vendió su empresa BSM a un gigantesca compañía local. "El roce hace el cariño", dijo entonces.

"Ésa es la diplomacia de la chequera: tú me pagas y yo te concedo. Es increíble que hayan conseguido patrocinarlo. ¿Cómo puede llevar el Barça el nombre de Qatar?", se pregunta Nazanin Armanian, experta en Oriente Medio. "Le hubiera venido mejor que el emirato fuera más discreto e invirtiera en el club de otra manera. Pero ellos son muy listos y dijeron: Queremos que llevéis nuestros nombres en vuestros corazones y exhibirlo por todo el mundo. Para Qatar no es el dinero, es la imagen, el nombre que quieren vender. Consiguen que se relacione el nombre y los valores del equipo azulgrana con ellos", agrega.

China, un destino común

China, además, es destino común para varios equipos españoles. No sólo el Barcelona ha hecho del gigante asiático uno de sus lugares preferidos para hacer caja. El Real Madrid ha pisado su suelo en tres ocasiones en los últimos diez años. Desde la mediática gira de los galácticos en 2003 hasta la de 2011, ya con Mourinho en el banquillo, pasando por la de 2005. Las habituales flores, los collares y distinguidos recibimientos y, claro está, una buena millonada por delante han sido suficiente para tapar los ojos también a Florentino Pérez.

Al presidente blanco tampoco le ha importado lo más mínimo para hacer negocios la realidad de Dubái, donde abundan las detenciones y desapariciones. Human Rights Watch considera, además, que la situación no ha hecho más que empeorar, con una mayor discriminación de la mujer y de los inmigrantes. El mandatario cerró este verano un acuerdo con la aerolínea Fly Emirates para percibir unos 25 millones de euros en cinco años. A cambio, los blancos lucirán la marca en la camiseta merengue, en sustitución de la casa de apuestas Bwin.

También el Atlético de Madrid se ha paseado por China en las últimas temporadas. Hace siete años jugó dos partidos en Shanghai por varios cientos de miles de euros. En 2010 repitió experiencia, pero en otra zona de Asia: Tailandia. Allí, el equipo de Cerezo disputó un encuentro ante un combinado de la liga local, sin importarle las graves violaciones de derechos humanos.



La Roja no responde sobre Obiang



Llorente y Bartra, durante la rueda de prensa. EFE/PACO CAMPOS
Llorente y Bartra dicen que sólo se centran en el tema deportivo. "El resto no importa". Villar "no contesta" sobre el partido de España en Guinea

Los futbolistas internacionales de la selección española se centran en el partido amistoso ante Guinea Ecuatorial y han evitado responder cualquier cuestión que tenga que ver con el presidente Teodoro Obiang, después de las quejas de organizaciones y partidos políticos por la visita de La Roja.

Miembros del departamento de prensa de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) desmintieron que los jugadores hayan sido preguntados sobre la posibilidad de fotografiarse con Teodoro Obiang e intentaron frenar cualquier pregunta en la comparecencia ante los medios de comunicación de Fernando Llorente y Marc Bartra que abordase el asunto político.

"Sólo me centro en el tema deportivo, el resto no me importa", dijo de forma tajante Fernando Llorente que tampoco repara en las enfermedades ni las vacunas que no se han puesto los jugadores antes de visitar Guinea. "No debemos preocuparnos nosotros por las enfermedades. Confiamos mucho en los servicios médicos de la selección y únicamente nos preocupamos por jugar. En lo demás estamos en buenas manos", explicó.

Fue el mismo discurso de Marc Bartra. "Son temas que cuidan los profesionales. Nosotros nos basamos en jugar y hacer lo que más nos gusta".

También el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, ha eludido contestar a cualquier pregunta sobre el partido. "No hay contestación por mi parte", ha respondido ante las preguntas. "Sé que ahora saldrá como noticia que no contesto, pero he venido aquí [a Logroño, donde se encontraba] a este acto fundamental, que es el desarrollo del fútbol en esta maravillosa zona de España", ha subrayado.

Tras volver a ser cuestionado sobre el mismo tema, se ha remitido a su "derecho" a no contestar. "No contesto a esa pregunta, usted tiene la libertad de preguntar lo que quiera y yo la de contestar lo que quiera o no contestar. Tantos derechos tiene usted como yo en una entrevista o en una pregunta", ha dicho Villar.

Varias organizaciones y partidos políticos han criticado la celebración del amistoso en Guinea frente a España, campeona del mundo y de Europa, argumentando que no respeta los derechos humanos en un país dirigido por un dictador.




Amnistía denuncia el "oscuro historial en derechos humanos" del régimen de Guinea Ecuatorial


La ONG recuerda, ante el partido que va a disputar La Roja en Malabo, los abusos cometidos por el Gobierno de Obiang, en el poder desde un golpe de Estado en 1979

Teodoro Obiang, en un encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano el pasado 25 de octubre.
Teodoro Obiang, en un encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano el pasado 25 de octubre.


Amnistía Internacional (AI) ha querido aprovechar el partido amistoso que jugará el próximo 16 de noviembre en Malabo la selección de fútbol de España para denunciar el "oscuro historial de derechos humanos" del régimen de Guinea Ecuatorial de Teodoro Obiang Nguema, en el poder desde que encabezó un golpe de Estado en 1979. Asimismo, ha reclamado la liberación del preso de conciencia Agustín Esono, encarcelado desde hace más de un año por motivos políticos.

En un comunicado, AI ha recordado este miércoles que es costumbre suya aprovechar los eventos deportivos para hacer campañas de denuncia sobre la situación de los derechos humanos en los lugares donde se celebran, como las que ha llevado a cabo con motivo del Gran Premio de Fórmula 1 en Bahréin, los Juegos Olímpicos de Pekín (2008) y Londres (2012), los inminentes Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, en Rusia (2014), y los Mundiales de Fútbol de Suráfrica (2010) y Brasil (2014).

Entre los abusos denunciados, Amnistía ha llamado la atención sobre las restricciones a la libertad de prensa, expresión y manifestación y ha asegurado que, pese a que la Constitución garantiza estos derechos, "se restringen de forma rutinaria en Guinea Ecuatorial".

Asimismo, la organización ha denunciado la vigencia de la pena de muerte y ha recordado que en 2010 se produjeron cuatro ejecuciones, "las últimas de las que se tiene noticia". Sin embargo, la organización ha asegurado que una persona fue condenada en 2012 a la pena capital y que la pena de muerte "se ha aplicado a opositores políticos condenados por delitos contra el Estado".

AI ha advertido también del acoso y la privación de libertad de que son objeto los activistas y defensores de derechos humanos, una represión que se intensifica "en el contexto de la celebración de elecciones o antes de otros eventos importantes". Estas personas, a las que "no es raro" que les acuse de "tratar de desestabilizar el país", permanecen en prisión durante "un tiempo indeterminado de días o meses", ha proseguido. "A menudo se hostiga y persigue a familiares de los activistas para obligar a estos a entregarse a las autoridades", ha añadido.

El informe de la organización denuncia también "es una práctica habitual transferir a activistas políticos a cárceles o comisarías de policía de otras ciudades en secreto, donde permanecen en régimen de incomunicación durante algún tiempo, convirtiéndose, en la práctica, en víctimas de desapariciones forzadas". "En todos los casos conocidos por Amnistía Internacional, las autoridades se niegan a reconocer que mantienen a estas personas bajo su custodia ni a revelar su paradero", ha asegurado.

Asimismo, a pesar de que la Constitución establece el derecho a ser juzgado en juicios justos, "los opositores políticos y otras personas críticas han sido juzgados por cargos inventados", ha manifestado la organización. En los últimos cuatro años, según AI, algunos civiles han sido juzgados en tribunales militares. Ha denunciado además que los tribunales aceptan las confesiones obtenidas bajo tortura, "incluso en los casos en que esto constituye la única prueba contra las personas acusadas". "Los jueces y los abogados defensores son designados por las autoridades militares o políticas y carecen de formación jurídica", ha agregado.

Por otra parte, Amnistía Internacional ha documentado casos de tortura u otros malos tratos desde 2009 que, en ocasiones, han acabado con la muerte de los afectados. Además de los malos tratos físicos, las personas detenidas por motivos políticos pueden ser sometidas a otras formas de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. La ONG también ha puesto la voz de alarma ante la "impunidad casi total" de que gozan los policías y soldados "cuando cometen homicidios ilegítimos, incluso ejecuciones extrajudiciales".