sábado, 1 de febrero de 2014

683.- Dialogo con la Poesía-entrevista a Gustavo Adolfo Becerra




Dialogo con la Poesía-entrevista a Gustavo Adolfo Becerra

 Por Jorge Hernán Calvo



Gustavo Adolfo Becerra: (1954) escritor y cineasta chileno.

Ha sido Consultor de la FAO, Director General de la Gran Gala sobre Neruda realizada en el Teatro Nacional de Costa Rica, Jurado del X Festival Internacional de Cine de Costa Rica y en República Dominicana, Agregado Cultural de Chile para Centroamérica, Director de Contenidos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, Asesor del Ministerio de Agricultura, Director de la Casa de la Cultural “Anáhuac”, Coordinador Ejecutivo de la Vicaría Esperanza Joven del Arzobispado de Santiago.

Además ha trabajado como Director, Director de arte y Guionista en las películas y videos Dance of Hope, Mis amados valles, Concierto en Montegrande, AIDS, Lo que queda del Paraíso, Música ríos y calles y Con Neruda en el corazón y serie de programas de Tv dedicados al mundo de la ciencia: Tierra Ciencia.

Gustavo Adolfo Becerra nació en un territorio que pertenece a las regiones míticas de la poesía chilena, en el más profundo sur; un lugar conocido como La Frontera. Región espectral habitada por las araucarias, el detritus y el humus. Un territorio mítico y fecundo donde ya han deambulado en distintas épocas poetas como Pablo Neruda, Juvencio Valle y Jorge Teillier entre muchos otros.

Becerra nació en un poblado que se encuentra a poco más de sesenta kilómetros de Temuco. Un hermoso pueblo cuyo brillante destino consiste en navegar hacia la nada; un villorrio que ha sido fundado y destruido. Para conocer su historia hay que internarse en los territorios del mito. Refiere la leyenda que en el año de 1551 el español y capitán Don Pedro de Valdivia, en lo alto de una colina que mira al río Imperial, ordena desplegar las primeras chozas de un bosquejo de ciudad a la que bautiza La Imperial. Es un intento por asentar una plaza fuerte de blancos españoles en pleno corazón de territorio mapuche. La ciudad nace marcada a fuego por el designio de violentos combates, en ellos participa otro escritor y cronista Alonso de Ercilla autor de “La Araucana”. En el año 1600, durante la “Guerra de Arauco”, la ciudad es destruida y abandonada.

Casi tres siglos más tarde el General Gregorio Urrutia, pacificador de la Araucanía, regresa a refundar la ciudad con el nombre de Carahue, que en mapudungun significa “la ciudad que fue”. Desde entonces la ciudad sobrevivió como puerto fluvial (hasta el terremoto del 60, donde “el río se embancó”), con sus muelles y miradores y los esqueletos de antiguas locomotoras abandonadas.

Carahue en sus infinitas posibilidades es poblado que aguardó en vano la llegada del turismo, colmada de casetas telefónicas enviadas desde Bélgica, en calles donde abundan las botillerías y los bares. Carahue es el pueblo con más bares por habitante de todo el continente. Es un pueblo sumido en una calma inquietante, un pueblo fantasma como en los textos poéticos de Teillier donde hasta los forasteros pasan inadvertidos. No obstante existe en una región largamente habitada por la guerra, en el aire aún se escucha el susurro de las escaramuzas, los gritos de los guerreros lanzados al combate, el zumbido de las flechas y el estampido de las armas.


Tolo Nei

Es un territorio habitado por el eco de muchas voces pretéritas y en estas calles, en estos patios, en las aguas del río donde solía ir a pescar con su padre transcurrió la infancia de Gustavo Adolfo Becerra: un enorme poeta, autor de varios libros entre los que destacan “Pactos. Hombre sentado junto a una montaña” y “Tolo-Nei: Meditaciones en el Bosque de la Hoja Seca”. Así comienza este diálogo.

GAB: Con esta serie de preguntas que propones me obligas, Jorge, a mirar el mundo de distintas perspectivas y el quehacer poético/literario como un sub-producto de estas navegaciones en mares tan disímiles, apenas avizorados muchas veces y complejos otras tantas. Ciertamente que lo que hoy confiese, con la mejor intención, como una verdad estructurada mañana puede ser modificada y adaptada para un nuevo modelo de análisis. La evolución del pensamiento no tiene paragón en la historia de la humanidad: todos los textos se hablan y la Gran Guerra Patria de los Escritores es la libertad escritural muchas veces inexplicable. Aquí vale la pena convocar para que nos ilumine, a Pierre Teilhard de Chardin: “El proceso de la evolución humana tiene una escala planetaria, universal (y no sólo local, nacional o limitada). La función básica del ser humano, nacida de su compromiso con la humanidad, no era otra que construir la Tierra. La buena realización de esta labor tiene lugar en virtud de un acrecentamiento de la complejidad de la conciencia…”. La palabra incertidumbre está en todas partes y por ello la teoría quántica tiene una estructura fundamentalmente probabilística; es decir, basada en la incertidumbre (describe que el acto mismo de observar cambia lo que se está observando). Hacer foco con el lente empañado es la tarea. Ulrich Beck, el sociólogo de la sociedad del riesgo, distingue una “primera modernización, que discurre a lo largo de la industrialización y la creación de la sociedad de masas, de una ‘segunda modernización’, propia de una sociedad que propende a la globalización y se inscribe en una etapa de cambio tecnológico. Es natural el repliegue a lo conocido en materia de innovación (desde donde operan la tecnologización de los procesos y de los procesos creativos), “pero no permitamos que el miedo nos lleve a la uniformidad” –señala. Desde esa perspectiva, la poesía es un acto de transgresión permanente. La cibercultura forma parte de la mundialización y puede agudizar el desequilibrio entre pobres y ricos, entre quienes tienen acceso a ella y quienes no lo tienen. “En la economía, la información se transforma tanto en el principal insumo como en el principal producto” (Toffler, Touraine), por lo tanto se abre otra brecha que incrementa aún más las desigualdades. En medio de ese oleaje, a veces, podrás visualizar al niño de pelo chuzo y ojos oscuros que escribe poemas.

1. Habla un poco de tu infancia ¿Cómo fue esto de crecer en “un lugar que no es” como Carahue? ¿Qué influencias tuvo esto en ti? ¿Recuerdas alguna anécdota especialmente reveladora de este periodo?

Para nadie es un misterio que los estímulos recibidos en la infancia determinan la personalidad, lo mismo que el paisaje. Somos el paisaje. Lo habitamos para siempre. El misterio de haber nacido en un lugar que no-era, no podré resolverlo aunque viva tres vidas, pero es explicable a través de las ciencias económicas y las formas injustas de distribución de la riqueza. Soy un habitante de ese lugar que en alguna oportunidad, fue y existió. Esa característica del lenguaje de García Márquez, marcó definitivamente mi vida. Mi mundo era esa vieja casona de madera, la escuela (que hace pocos días se quemó) los árboles frutales y una nube amarilla que se movía en el patio: los pollos recién nacidos. Habité el realismo mágico desde los relatos culturales: las manzanas del patio, por un injerto biológico, sabían a duraznos. Mi profesora normalista, que creía en su vocación a límites demoníacos, tenía la estrictez y rigurosidad de una profesora titular de la Universidad de Harvard. En el desfile militar de las celebraciones patrióticas participaba la banda municipal de músicos jubilados y boy scouts. Los conflictos, incluso los que se podrían catalogar de filosóficos, morales, religiosos, se resolvían a puñetes. Los fugitivos de la ley, llegaban en busca de oro al fundo Santa Celia donde nunca entraron, en esa época, los carabineros. En la época del terremoto del 60, las toninas con nariz de botella, una especie de peces mitológicos en el imaginario del pueblo, navegaban río arriba inundándolo todo. Era de un lugar que fue y donde el realismo mágico era otro elemento vivo, dinámico, del paisaje cultural.

2. Háblanos de la relación con tus padres y, ¿cuéntanos cómo te decían cuando niño?

Siempre fui Gustavo. Los compañeros del colegio me molestaban diciéndome: octavo de mantequilla, haciendo una alusión oblicua a mi nombre de pila. Refleja de alguna medida el mundo de carencias que estábamos insertos: por un lado, la frágil creatividad; por otro, los volúmenes que se adquirían y transaban en los abastos. Para seguir con el realismo mágico: mi padre era amante de la ópera, pero no había teatros donde se mostrara ópera. La única forma que tuvo de acceder al bel canto (coloratura, brillo, trino), fue a través de la radio portátil. Cuando llegó la radio, embalada desde Arica, hicimos una fiesta: la celebraremos como si hubiese llegado otro hermano y la fuimos a esperar a la Oficina de Correos. La tarea era ahora un poco más simple pero no menos compleja: sintonizar La Hora Italiana. Ordenamos los astros para que eso sucediera y cuando sucedió supe que Verdi, Donizetti, Puccini, era otros dioses en nuestro provinciano Olimpo. Por otra parte, mi madre era poeta. Ella lo mantuvo en secreto. No lo supe por ella, sino que lo descubrimos. Fue un acto tan importante como el del místico que se encuentra con Dios cara a cara. Una noche, después de acostarnos nos levantamos con mis hermanos y fuimos al lugar donde ella guardaba un cuaderno de tapas duras, fiscal. Jamás pensamos encontrarnos con esta revelación. En su cuaderno había poemas de muchos autores y algunos escritos por ella, dedicados a mi padre. En Carahue, el generador eléctrico nos permitía tener luz artificial entre las 18 y 21hr, pero a esa hora última todos los hermanos estábamos despiertos: éramos muchos y mi madre para entretenernos nos leía poemas de sus autores preferidos, alrededor del brasero. Creo que esa imagen de los hermanos reunidos en torno al fuego, nos marcó a fuego. Autores y personajes se paseaban por nuestra casa como si fueran parte de la familia.

3. ¿Cuándo y cómo, en qué circunstancia supiste que querías ser poeta?

Muy tempranamente. Con ese entorno no existía otra posibilidad, querido Jorge. Imagina los fines de semana en el río. Cuando llegaban las golondrinas y empezaba el buen tiempo, preparábamos nuestros tarros con lienzas para irnos de pesca. Todo era parte del ceremonial más hermoso que podrías imaginar. El día viernes íbamos donde don Juan. Cuando llegábamos el viejo botero ya había subido el bote a la camioneta, y nos esperaba. Casi siempre la botadura la hacíamos a la salida del pueblo. Había una alegría de toda la naturaleza cuando nos veían remontar las aguas imperiales. Pensé que conocía todos los efectos de la luz en la superficie del agua y, sin instrumentos, era capaz de medir las profundidades por los colores de rayos que se hundían en su territorio. Iban a ser tres días inolvidables y fueron inolvidables. Junto a la quilla escuchaba las historias más inverosímiles que contaban mi padre y el botero: otros pescadores con privilegios excepcionales, lanzaron en una oportunidad la lienza a tanta distancia que fue mordida por un cóndor. Lo que vino después fue la lucha del hombre sobre el agua con el cóndor en el cielo. Todo estaba confabulado desde antes de nacer: iba a ser poeta y todos los elementos se ordenaban solamente para visibilizar ese camino. Cuando estuve en el camino, supe que era ahí donde debería estar. Todo el mundo conocido se explicaba con palabras y los mundos desconocidos, que se multiplicaban con progresión aritmética, también podían ser abordados por ellas.

4. Muchos escritores hablan del concepto de “imagen desencadenante” en relación a un episodio de la vida que los haya marcado de una manera especial, una huella por así decirlo que determinaría casi toda su creación…En tu caso ¿cuál sería esta imagen?

No sólo una experiencia sino la sumatoria de ellas, incide y determina. Todos los textos se hablan, se buscan, se abrazan. La explosión se produce por una suma de vectores. Hay un orden natural, biológico, social, económico, que permite que ciertos acontecimientos sucedan y suceden. Alterar ese orden es un desafío donde conglomerados y personas debiesen intervenir. Como los destinados al hambre en África, morirán de hambre porque estructuralmente está definido de esa manera: el conservadurismo prefiere ese orden “natural” a la aventura de ser mejores personas, privilegiar el bien común y el destino equitativo de los bienes, y elegir la competencia por sobre la cooperación, como nos enseña la propia naturaleza a través de sus sistemas y eco-sistemas biológicos, mientras se jerarquice el bienestar personal por sobre el desarrollo social seguiremos alimentado la injusticia. Protegerán con todo sus privilegios y lo harán sin escrúpulos y sin asco. Lamentablemente han demostrado de lo que son capaces. Tuve la suerte de nacer donde nací y de con-vivir con quienes viví, para ser quien soy. Mis amigos –los que no tuvieron cómo escapar del designio- siguen en la misma esquina diciendo las mismas palabras, en voz de Neruda: enredando las mismas sombras, esperando qué suceda lo que no sucederá por arte de magia, sino deciden timonear sus vidas hacia aguas más tumultuosas, transgresoras y dignas.

5.- ¿Cuáles fueron tus primeras lecturas –sabemos por tus declaraciones las preferencias literarias- pero cuales escritores te impresionaron de niño y por qué?

Para nombrar algunos: me impresionaron los poemas de mi madre, el Almanaque Mundial y la Biblia. Horas y horas pasaba mirando los diseños de las banderas y sus colores, leyendo acerca de la población mundial (y sus curvas de crecimiento) y tratando de descubrir cómo abastecían sus mercados internos y cómo sostenían sus economías. De muchas de esas producciones- que aparecían detalladas en el Almanaque- ni siquiera conocía la forma de sus cultivos como los campos de algodón, las meloneras, los ingenios del café, sobre todo me interesó la minería: los métodos de extracción, las formas de vida de los mineros, sus procesos de industrialización. Mis únicos legítimos otros para tantas preguntas eran mis padres. Mis amigos hablaban continuamente de fútbol, alguno de ellos soñaba con jugar en la selección de Carahue o el Ramón Freire que era el equipo popular. Con ellos aprendí a cazar lagartijas con crines de caballo y a auscultar las cavernas en busca de la campana de oro. Pero regresando a tu pregunta y tratando de responderla con la mayor veracidad posible, debo decirte que los libros que leí en esa época estaban por escribirse.

6. ¿Cómo se te da la poesía, cómo nace, cuando llega tu primer poema?

Desde muy niño estaba instalado el andamiaje. Faltaba la palabra. Cuando llegó la escritura, llegó la poesía escrita. Antes también me habitó pero como era ágrafo, sólo aleteos en la oscuridad. Una noche, cerca de Puerto Domínguez, en un camino de ripio iba un señor mapuche corriendo hacia atrás. Me acerqué y le pregunté qué hacía. El me miró con cara cómo es posible que no se dé cuenta. Y me hizo un comentario: la luna me sigue. Efectivamente en la misma medida que él se movía la luna lo seguía por entre los árboles. No era una perfomance ni una instalación. Era el encuentro de un hombre solo con la poesía. Hablamos esa noche de Dios, el universo, los saberes que venían de la tierra, de la agricultura y apicultura. El era ágrafo. Seguramente nunca escribió poesía, pero la vivió intensamente.

7.- Un poeta ha escrito sobre ti lo siguiente: “Canta el poeta sus himnos a través de los tiempos, por boca de un eremita, monje de los años trescientos, cuya singularidad consiste en la conciencia de la aprehensión de un momento preciso de la creación. Y deja también en evidencia la confabulación entre vivos y muertos que casi levitan en ese bosque. Se habla aquí de una Voz situada fuera de la Historia, o en otro tiempo, desde una dimensión donde vivos y muertos co-existen ¿cómo llegas tú a desarrollar este lenguaje? ¿Existe aquí la intención de una mirada total, de una suerte de comprensión del todo?
Zonta-el poeta que citas- es un poeta muy lúcido y consciente de su trabajo poético. La mirada total y más compleja aún: la comprensión de esa totalidad es imposible. No obstante todo, incluyendo el lenguaje, pertenece a un sistema que a través de un fragmento podemos percibir, modelar, dar cuenta de su universo. Todos los textos se hablan y se influencian, como los seres vivos se traspasan información, códigos y, producto de esa relación, se alteran, aunque dicen lo que decían también dicen lo que antes no decían, van determinando un nuevo texto con otras distinciones, otras coloraturas. En esa frontera trabajo, a veces con mayor éxito, a veces con dificultad, pero siempre desde el hic et nunc (desde el aquí y ahora). Entonces, mis lecturas se acercaron más a los papers científicos, a los estudios sociológicos y las humanidades, que a las re-lecturas de clásicos de la literatura. Me resultaba más sorprendente el planteamiento composicional de Karlheinz Stockhausen, John Cage, Luigi Nono, Krzysztof Penderecki, György Ligeti, Arnold Schoenberg, que otros autores. Caso especial es el del organista y ornitólogo francés, Olivier Messiaen. Eso en la música, pero también en la arquitectura que incorpora la naturaleza, orgánicamente; en otras disciplinas como en el cine de Andrei Tarkovsky, en las coreografías de Pina Bausch, Jiri Kylian, Alexander Ekman, muchos otros (me siento dueño de una butaca en el Nederlands Theater, cuando estoy en youtube). Desde ese andamiaje me siento más próximo de las poética de Ruiz, del pensamiento de Leonardo Boff y el conjunto de teólogos de la liberación (incluyendo al extraordinario Ronaldo Muñoz ss.cc, autor del libro El Dios de los Cristianos y con quien estudié durante años), del análisis social y con referencia y analogías al cine del esloveno Slavoj Zizek, que de las obras contemporáneas de mis propios hermanos en la escritura, reconociendo en muchos de ellos enormes aportes al quehacer literario. Para nombrar dos autores cubanos importantes en mi proceso de formación: el escritor y músico Alejo Carpentier y don Fernando Ortiz Fernández, el magnífico antropólogo. En la poesía propiamente tal me sentía cerca del Cantar de los Cantares, los procesos experimentales de Clemente Padín, la voz litúrgica de Raúl Zurita, algunos poemas del cineasta alemán Alexander Kluge y del poeta turco Nazim Hikmet, del bellísimo y desventurado húngaro Attila József, del latinoamericanista y cartujo Ernesto Cardenal, pero por sobre todas estas aproximaciones y asedios, toda la poesía la considero como necesaria, aún aquella que podría catalogarse, injustamente, con menor espesor estético. El mirar está contenido en ad-mirar.

8. ¿Cómo se da en ti el proceso de escribir un poema, nace como un relámpago de la inspiración o es un arduo y prolongado proceso de gestación? ¿Cómo se dio este proceso en el caso del poema tuyo que consideras más significativo para ti?

De múltiples formas se activa el poema y no tengo mayor conciencia (y no sé si quisiera alcanzar mayor conciencia acerca del proceso) del cómo se incuba, anida y florece. Asoma la idea en el universo que, a veces, sólo es una intención. Luego los elementos comienzan a ordenarse y se articulan, traspasándose sentidos, mientras los textos que lo acunan se hablan entre ellos, son modelos adaptativos que ajustan su traje a ese nuevo nacimiento. Forman capas, unas tras otras: resetean algunas, otras sobreviven y se manifiestan con mayor fuerza y nitidez. El texto ya está en el quirófano o instalado en la moviola/mesa de edición. Ahora viene el soplo producto de la reflexión analítica y es el momento más importante: saber si sobrevivió o desapareció en el intento. Todo el proceso es una estadía en el laboratorio o frente a la pantalla del PC que exige hasta el límite. “Un acontecimiento vivido puede considerarse como terminado y como mucho encerrado en la experiencia vivida / mientras que el acontecimiento recordado no tiene ninguna limitación puesto que es en sí mismo la llave de todo cuanto acaeció antes y después del mismo” . Uno de los poemas que considero más significativo es el que dediqué a un amigo. El murió en el altar donde se había ordenado (consecratio) sacerdote: postrado en el suelo y con casulla, como había fallecido en el altar mismo, imaginé un segundo llamado (ordo presbyterorum) ahora de Dios mismo y sobre esa distinción hice mi construcción poética: este que tú llamaste ahora lo vuelves a invitar a un mundo que no conocemos.

9.- Has dirigido talleres literarios: ¿Qué consejo le darías a un joven poeta?

Sí. Tuve la suerte de integrar dos Talleres Literarios como aprendiz: uno, era dirigido por un esteta de la Universidad de Concepción y poeta; el otro, tenía una conducción más asambleísta y eran invitados maestros de acuerdos a las necesidades particulares del grupo. Años más tarde, tuve la suerte de dirigir un Taller Literario en la población Yungay, en tiempos de dictadura. La idea mía era realizar un Taller de Reparaciones de Textos, pero las inquietudes de aquellos poetas eran muy distintas a las que imaginaba. Ellos requerían a la literatura como un instrumento de liberación concreto y mejorar sus posibilidades declamatorias como forma de mejorar su oratoria en asambleas de sindicatos, consejos estudiantiles o en la calle misma. Más que enseñar, aprendí mucho de estos jóvenes enamorados de sueños colectivos y esperanzas comunes. Mi idea era ayudarlos a escribir un poema. La idea de ellos era liberar al país de la dictadura. Algunos de los rasgos distintivos de la nueva ciudadanía es que ante la competencia interpone la colaboración, habla la lengua de los comunes, no le satisfacen las explicaciones a media tinta y, haciendo uso de las libertades ciudadanas, expresa en los colectivos a los cuales adhiere, lo que siente sin importarle si este pensamiento colisiona sobre las paredes, siempre grises, del conservadurismo. Hay una re-invención de la creatividad en marcha, cuyas dimensiones son insospechadas, en todos los cuerpos sociales. Al ciudadano actual le queda mal el traje constitucional que obligado ha vestido, tampoco se ajustan los zapatos que le obligan a calzar.

10.- Ahora bien, al leerte, al leer tu poesía y considerar y pensar tu visión del mundo y al confrontar esta visión con la imagen del mundo real en que nos toca existir, me resulta necesario formular la siguiente pregunta: Considerando la velocidad increíble del desarrollo tecnológico y la presencia de robot en los distintos ámbitos de la actividad pareciera que el mundo tiende a deshumanizarse cada vez más y por ejemplo los conceptos de prójimo o solidaridad tienden a volverse invisibles, a desaparecer ¿Consideras tú que el ser humano tiene todavía una posibilidad? ¿Crees que el ser humano a través del lenguaje, de la poesía, puede reconciliarse con su condición humana? ¿Es esto posible?

Siempre habrá posibilidades. Los efectos del crecimiento producto de la industrialización, en el Siglo XIX eran: ruidos molestos, aguas residuales, desechos de las fábricas, malos olores. Los barrios alrededor de las fábricas se constituían en suburbios. Estableciéndose la idea que la ciudad no es un sitio bueno para vivir. Y, por tanto, cada vez mayores extensiones de suelo agrícola fueron ocupadas por zonas residenciales. Y esa conducta social, esa cultura, ese paradigma se mantiene hasta el día de hoy. Hay un proceso de conversión en marcha que espero sea capaz de modificar las conductas de quienes ostentan el poder y están en los niveles decisionales. Ahí radica el problema mayor: el conservadurismo que hablamos al inicio de la entrevista. Este proceso de conversión es una exigencia moral, ética y también de sobrevivencia de la especie humana. No podemos seguir así como estamos: hay que re-inventarse, establecer otras formas de relacionamiento, mejorar nuestra relación con la naturaleza y la tierra (noósfera). La acumulación de bienes y capitales puede tener sentido egoísta por un momento, pero pierde el sentido si la vida misma de quien acumula está en riesgo. En el corazón de estas transformaciones está un nuevo tipo de conocimiento, basado en buena medida en la investigación científica y su contribución cada vez mayor al desarrollo tecnológico. El resultado de estas intervenciones: el crecimiento material y desarrollo tecnológico logrados por la humanidad han generado una alta erosión de los factores eco-ambientales, profunda desigualdad social y crecientes brechas económicas y tecnológicas entre sociedades desarrolladas y en desarrollo. Hacerse de nuevo parece ser la tarea más compleja, tanto en los individuos, las organizaciones sociales y las comunidades de interés. Los mismos temas de antes afligen hoy a los pueblos, pero en otros estadios de desarrollo: la biotecnología, por ejemplo, también desde su especificidad adopta formas de control y dominación social, sobre todo cuando se conjuga con propiedad privada y semillas. La cibernética tiene un rol crucial, el medio ambiente, los recursos naturales, el dominito del mar territorial, la investigación científica, etc. “A partir del siglo XX, el ser humano ha pasado por diversas etapas en el desarrollo social que han marcado la vida cotidiana, la cultura, la educación y la economía”. La Sociedad de la Información requiere de ciudadanos capaces de transformar el dato en conocimiento, la emoción en reflexión y la participación en acción colectiva. Hay, querido Jorge, muchos gestos de solidaridad y cooperación en el mundo de los pobres. Cada semana, por ejemplo, en Santiago hay doce mil agentes pastorales tratando de hacer mejor el mundo. Y hay muchos jóvenes que tienen una dimensión política de la vida (y de la dignidad) y en ese servicio, aportan al engrandecimiento humano, desde diversas perspectivas y opciones. Nuestro continente tiene una raíz bolivariana que debe integrar (no uniformar) a las diferentes culturas, pero debe hacerlo y en ese objetivo deben contribuir las artes y los artistas. Este proceso de integración corona los esfuerzos individuales y los desvelos de las comunidades. A través de ese proceso se reconcilia con la poesía y las artes en general y, por extensión, con la condición humana en toda su pluralidad. Un nuevo Chile, con creatividad social, vuelve a formatearse. Gabriel Salazar atribuye este fenómeno a la Memoria, al esfuerzo social y ciudadano coordinado que impone su historia por sobre la historia oficial, entre otras motivaciones significativas. El ceño duro del pasado, al parecer, deja paso al rostro más dulce y humano del futuro: una nueva construcción cultural que se explica desde la teoría cognitiva y la historia social, pero también desde el “nunca más”- dijo el historiador, eso sí, que falta por construir la historia de colaboración y solidaridad de los últimos años, para que una mejor comprensión de este fenómeno, que por única vez se produce en nuestra historia.

11. Y ahora vuelvo a citar lo que se ha escrito sobre tu obra en la que sostienes: “Yo no soy ni estoy solo en este mundo. No sé en el otro, si existiese. Yo vengo y soy con mis parientes, con mis aguas y árboles y mis andares de arriero de la América Morena que aún debe ser liberada. Entonces, si Centroamérica naufraga en las violencia, y la Amazonía es devastada por máquinas a petróleo, también yo soy raíz arrancada de su tierra, me transformo en rostro sufriente de Guayasamín, o en niño descalzo de las barriadas latinoamericanas. Y a la vez, también soy esperanza de cambio, real, sostenido, desde y con mi pueblo-tierra, mi pueblo-árbol, mi pueblo castigado por los opresores de siempre”. ¿Cómo vez la esperanza del cambio y que rol juega la poesía y la literatura en este cambio?

Estos cambios sociales, tecnológicos, simbólicos, culturales, económicos, como consecuencia de su instalación han provocado innovaciones organizativas: diseño y manufacturas mediante computadora, líneas de ensamblaje enteramente automatizadas, control de calidad total, ciclos de vida más cortos para el producto, abastecimiento mundial, embalaje en contenedores y una administración con inventarios permanentemente actualizados y una lista innumerables de etcéteras. La comunicación instantánea ha hecho posible la integración de los mercados financieros del mundo y que sumas enormes atraviesen fronteras en cuestión de segundos. La integración global de mercados de capitales, bienes y mano de obra ha sido conducida por las cada vez más complejas estrategias de las empresas tras- nacionales. A través de la expansión de redes de producción internacionales, tales empresas han reunido capital y tecnología con mano de obra de bajo costo, en una escala mundial. Jung señala que “lo que distingue a las ciencias sociales de las naturales es la ausencia misma de un paradigma dominante único”. Este fin de siglo ha cambiado la naturaleza, la estructuración, la organización, la cultura y la propia división sexual del trabajo a partir del ingreso femenino masivo a la actividad económica. Las calificaciones reclamadas a los y las trabajadores son otras y, consecuentemente, la propia concepción y gestión de la formación debe reorientarse drásticamente. Todo ello complejizado por una triple lectura: del punto de vista diacrónico es necesario tener presente que los cambios no se dan de manera súbita ni generalizada por lo que conviven viejos y nuevos modelos generando desequilibrios y desniveles en el proceso de transformación. Hay infinidad deudas pendientes, quizás la más sentida: una imperiosa integración regional. En un mundo interconectado es casi imposible pensar el desarrollo como local. Necesariamente debe ser regional. Así como las soluciones a los problemas personales son cada vez más difíciles, desde el diseño de las políticas públicas, la solución a esos problemas siempre será para grupos asociativos, para comunidades organizadas. “La globalización va de la mano de una cultura global y uniforme que cobra fuerza mientras los centros del poder económico multinacional ganan el control de los canales por los que fluye la cultura” (Pronk). En medio de ese paisaje que quise bocetearte y donde expongo públicamente mis debilidades, sólo me queda por decir que la poesía es un camino luminoso. Y vale la pena vivirlo.






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