lunes, 11 de noviembre de 2013

644.- Las mujeres de la primavera árabe ven retroceder sus derechos

Mujer, bosnia, musulmana y redactora jefe en una cadena de televisión, Esma Kucukalic quiere romper barreras entre género y religión



"Las mujeres de la Primavera Árabe están 
siendo violadas, apresadas y ven ahora retroceder 
sus derechos"


JAIRO VARGAS Madrid 11/11/2013. Público.es

Esma Kucukalic es periodista y presentadora de un programa de televisión de actualidad internacional. Todo parece normal salvo por un detalle no muy común en España: presenta con un velo cubriendo su cabeza.

Esta joven bosnia es musulmana y su historia representa un ejemplo de superación en todos los sentidos. Con sólo 10 años tuvo que abandonar su Bosnia natal huyendo de la guerra que azotaba la antigua Yugoslavia. Junto a su madre y su hermana, Esma consiguió el asilo en España donde, asegura, nunca ha tenido ningún problema relacionado con su credo ni su cultura.

"Vinimos a España para diez días, pero ya han pasado 30 años y aún sigo aquí", relata. Después de crecer y formarse en Valencia, se trasladó a Madrid, donde trabaja para el canal islámico Córdoba Internacional TV. "Siempre digo que la protagonista ha sido mi madre. Ha sabido camuflar el miedo a lo desconocido, nos ha transmitido la tranquilidad de un hogar y permitido ser lo que en Bosnia queríamos ser: mi hermana artista y yo periodista", asegura.

"Mi madre nos ha permitido ser lo que mi hermana y yo queríamos ser: ella, artista; yo, periodista"

No podría presentar con el velo puesto en otra cadena española, aunque eso no le importa mucho. "Cuando hacemos un debate de televisión, de repente se diluye el pañuelo, deja de ser un elemento visible y cobra atención la persona, el periodista o el tema que se está tratando", explica. "Es sólo una indumentaria, una parte espiritual de mi vida, algo que llevo intrínsecamente dentro", dice. "Si a alguien le ha resultado molesto que vaya por la calle con el velo, nunca me lo ha manifestado, no tengo constancia", afirma.

Mujer, presentadora y con un puesto de responsabilidad no son elementos muy comunes en la sociedad islámica, en la que el hombre centra toda la importancia. Sin embargo, ella ha roto todas las barreras que a priori podían interponerse entre su cultura y su realización personal. "El Islam nunca ha supuesto una barrera en mi día a día. De hecho, creo que el estar en un puesto visible presentando un programa de televisión, que no tiene nada que ver con el hecho islámico, me ha permitido demostrarme a mí misma que el Islam no tiene por qué ser una barrera", dice.

Aunque reconoce que quizá en su Bosnia natal hubiera tenido más problemas para llega hasta donde ha llegado aquí. "La sociedad española es cada vez más plural en este aspecto, aunque no dejamos de tener prejuicios y desconocimiento sobre el Islam", explica. "Puede que haya tenido algún problema, pero no por mi indumentaria, sino por ser musulmana en el contexto de los medios de comunicación, un gremio en el que en España todavía no es muy común y resulta un tanto exótico", apunta.

Sin embargo deja claro que esas posibles barreras en otros países islámicos "no tendrían que ver con una determinada religión, si no con la interpretación que en cada país se hace de ella", dos cosas muy distintas, remarca. Esma es consciente de que  ser mujer es suficiente para que determinadas puertas se cierren en muchos países islámicos, pero asegura que esta opción religiosa no es machista, sino que se ve condicionada por cada contexto. "El Islam se profesa desde Asia hasta África de una forma muy diferente, con un contexto cultural específico y cada cultura interpreta la religión a su manera. El Islam es una fe que tiene cinco elementos comunes a todos los que la profesan. Cómo la interpretan los musulmanes es la pregunta que hay que hacerse y lo que en ocasiones hace daño a la imagen que proyecta y a muchos musulmanes que la profesamos", relata la joven periodista.

"Más que por ser mujer, he tenido problemas para explicar elementos del Islam que yo misma no sé cómo enfrentar" "Más que por ser mujer musulmana, he tenido problemas en mi carrera a la hora de defender elementos del Islam que yo misma no sé cómo enfrentar", reconoce. Y el ejemplo que primero se le viene a la cabeza es la cantidad de interrogantes que los atentados del 11 de septiembre de 2001 generaron. "Yo empecé a estudiar Periodismo justo cuando cayeron las Torres Gemelas en Nueva York. De la noche a la mañana me convertí en la persona que tenía que responder todas las dudas acerca del Islam, la violencia y el terrorismo; sin ser yo más que otra estudiante en una clase", recuerda.

Como mujer y musulmana, Esma tiene su propia visión de lo que la Primavera Árabe ha supuesto para la conquista de las libertades de las mujeres. "Fue un florecimiento que nació de manos de los activistas, de gran parte de la sociedad que demandaba democracia en sus países y donde la mujer ha desempeñado un papel importante. Las mujeres salieron a las calles de Egipto o de Túnez para promover el cambio y pluralidad en los gobiernos, algo indispensable para ellas. Pero hoy están siendo violadas, apresadas y ven retroceder sus derechos, incluso más que en los regímenes anteriores", critica.

"La mujer es siempre una doble víctima en los conflictos armados"
Además, explica, "la mayoría de las revoluciones que surgieron han derivado en conflictos armados, donde la mujer es siempre una doble víctima". Ella sabe de sobra lo que supone ser mujer en medio de una guerra. "Recuerdo que cuando estábamos saliendo de Bosnia, mi hermana tenía 21 años, una edad muy peligrosa en una situación donde la violación se usa como arma de guerra. Mi padre murió en la guerra de los Balcanes y tanto mi madre como nosotras estábamos totalmente desamparadas, con una desprotección absoluta", relata.

Las violaciones y el aumento del acoso sexual a las mujeres durante la Primavera Árabe fue portada en todos medios de comunicación el pasado año, proyectando sobre la sociedad islámica una imagen machista y atrasada. "Entenderlo así sería una injusticia", afirma Esma, quien añade que las violaciones van siempre en aumento en países en conflicto. "En Iraq aumentaron las violaciones no precisamente por parte de los musulmanes, sino por agentes internacionales. En Srebrenica [Bosnia] se sucedieron muchas por parte del batallón holandés... Creo que hay que tratar con justicia estos conceptos. En Egipto se han cometido infracciones flagrantes contra la mujer por parte de musulmanes, pero a lo largo de la historia las mujeres siempre han sufrido esto. Creo que se confunden conceptos a ese respecto", concluye.




La periodistas Esma Kucukalic presentando su programa de televisión en el canal Córdoba Internacional TV. 



¿Quién protege a las víctimas de trata con fines de explotación sexual?

Las mujeres forzadas a prostituirse deben denunciar a sus proxenetas para obtener el permiso de residencia y trabajar legalmente en España, pero pocas se atreven a dar el paso por desconfianza o miedo. Mientras la Policía Nacional lanza una campaña para poner coto a las mafias, las ONG exigen una Ley Integral que ampare a las víctimas

HENRIQUE MARIÑO. Madrid Público.es

España protege a las víctimas de trata con fines de explotación sexual siempre y cuando colaboren con las autoridades en la desarticulación de las mafias que las subyugan. Si quieren salir del pozo de la prostitución forzada, obtener el permiso de residencia y trabajar legalmente en nuestro país, deben denunciar a sus proxenetas. En caso contrario, se les impone una multa o incoa un expediente de expulsión por estancia irregular. La mayoría de las mujeres evita dar el paso por desconfianza y miedo, pero las que lo hacen no cuentan con la debida protección por parte del Estado, como denuncian las asociaciones que las asisten. Se han dado pasos adelante, reconocen, aunque resultan insuficientes.

La reivindicación histórica de las entidades englobadas en la Red Española contra la Trata de Personas (RECTP), que reprenden al Estado español por no haber implementado todos los mecanismos de protección internacional, es la creación de una Ley Integral que incluya protocolos e instrumentos de actuación. "Se ha progresado en la materia, pero hay conceptos que no han sido definidos, lo que hace que sea difícil aplicarlos en la práctica", explica Marta González, coordinadora del Proyecto Esperanza. Existe otra figura, además de la colaboración con la Policía y la Justicia, para que las extracomunitarias puedan obtener la documentación: su situación personal. Sin embargo, el criterio para determinar si alguien es vulnerable "puede variar en función de la interpretación del funcionario", señala.

Actualmente, el Protocolo Marco establece que la víctima potencial puede acogerse a un periodo de reflexión de "al menos treinta días y, en todo caso, suficiente para que pueda restablecerse y decidir si desea cooperar con las autoridades en la investigación del delito y, en su caso, en el procedimiento penal", como recoge el artículo 142 del Real Decreto 557/2011. Cleofé Rodríguez, coordinadora de Vagalume, defiende que la colaboración no sea necesaria para recibir protección. "Si no se atreven a denunciar o se retiran del procedimiento, dejan de ser víctimas y son deportadas. Deberían catalogarlas como tales simplemente por una cuestión de violación de los derechos humanos, por lo que correspondería al Estado indemnizarlas, resarcirlas y regularizar su situación administrativa", añade la responsable de esta ONG gallega. Como la legislación actual no contempla tal extremo, plantea otra opción: "Considerarlas víctimas de violencia de género".

Ahora bien, podría darse el caso de una extracomunitaria que decide colaborar con las autoridades sin acogerse al periodo de reflexión, lo que la situaría en un limbo sanitario, añade González. "Nos preocupa su acceso a la sanidad. Si bien la ley garantiza la atención durante al menos treinta días, hay mujeres que no lo suscriben. Por eso nos encontramos con personas que, al no ser regularizadas inmediatamente, carecen de atención. Es cierto que el Estado ha contemplado una excepción, aunque el criterio es restrictivo y no puede ser aplicado a todas las víctimas de trata, que deberían tener acceso a los centros de salud públicos para poder recuperarse".

Mayor protección para que aumenten las denuncias y condenas

La abogada María Ángeles Jaime de Pablo alude al escaso número de denuncias para advertir de que algo falla. "El miedo, la falta de recursos, el arraigo o la falta de conocimiento frenan a las víctimas. Al contrario que en las películas estadounidenses, aquí no hay dobles identidades, indemnizaciones ni prestaciones económicas análogas a las de la violencia de género. Una mayor protección contribuiría a que hubiese más sentencias condenatorias", cree la miembro de la asociación de mujeres juristas Themis.

En los últimos años, se han producido importantes avances en términos de arquitectura jurídica. Además del citado periodo de reflexión incluido en la ley de extranjería y del Protocolo Marco de Atención a las Víctimas creado en 2011, destaca la ratificación del Convenio Europeo y las incorporaciones de un título relativo a la trata en el Código Penal y de un artículo (59 bis) en la ley orgánica sobre derechos y libertades de los extranjeros. En cambio, la fecha de caducidad del Plan Integral de Lucha Contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual venció el pasado diciembre. "Ahora mismo no hay ninguna medida de protección distinta de las que establece la ley para el resto de los ciudadanos", asegura Jaime de Pablo, quien también plantea alternativas a la denuncia. "Podrían acogerse a la ley del asilo, pues son perseguidas por razón de género, pero es muy complicado aportar pruebas cuando están amenazadas aquí y en su país de origen", concluye la abogada.

La "ineficacia" de los métodos usados para identificar a las víctimas ha sido criticada por la Defensora del Pueblo, que ha recomendado al Ministerio del Interior que revise los criterios de la Oficina de Asilo y Refugio para obtener la protección internacional. También ha observado "carencias" a la hora de identificarlas en los puestos fronterizos y, en el caso de las menores, pide que se elabore un protocolo específico para detectarlas y atenderlas. Hace una semana, España otorgó por primera vez el asilo a una joven nigeriana que llegó en patera tras una tortuosa travesía de dos años, durante la cual fue obligada a prostituirse y a abortar.

Más de 12.000 víctimas potenciales


La Policía Nacional contabilizó el pasado año 12.205 víctimas potenciales de trata, un tercio de las personas que podrían ejercer la prostitución en España. Buena parte son ciudadanas rumanas y, entre las extracomunitarias, la mayoría son chinas, brasileñas y paraguayas. "China es una realidad oculta, ya que son explotadas en pisos, lo que provoca que las investigaciones resulten más complicadas", sostiene José Nieto, inspector jefe de la UCRIF Central (Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales). Por otra parte, las dos principales nacionalidades de los detenidos en 2012 y 2013 son la española y la rumana, mientras que la nigeriana y la china se alternan en el tercer puesto.

"Las mujeres sin papeles son mucho más rentables para los explotadores, porque suponen un cheque en blanco. Nunca terminan de pagar la deuda y, cuando están a punto de hacerlo, les imponen sanciones", detalla Nieto, cuyo departamento ha lanzado un plan para atajar la trata que incluye vídeos de sensibilización y un teléfono de atención a víctimas (900 10 50 90). "Queremos que los ciudadanos adviertan si hay mujeres en los clubes sometidas a un régimen de esclavitud. Hemos recibido llamadas de denuncia gracias a la campaña que nunca antes habrían llegado a nosotros", afirma el inspector jefe de la Policía Nacional, quien también valora la estrecha colaboración que mantienen con la Fiscalía de Extranjería para luchar contra las mafias.

Las que se atreven a denunciar no lo hacen al momento, aunque sí relativamente pronto, según Nieto. "Es bueno que hablen tras ser asistidas por una ONG. Sin embargo, quien tarda en colaborar es difícil que lo haga tiempo después. Intentamos evitar que se incoe el expediente de expulsión; ahora bien, si rechazan el protocolo tenemos que seguir con los trámites que dicta la ley. ¿Qué podemos hacer si no?", se pregunta el inspector jefe.

El asilo como alternativa


Podría concederse el permiso de residencia a todas aquellas cuyos derechos humanos hayan sido violados, como sugiere Cleofé Rodríguez, pero el alto cargo de la UCRIF no está de acuerdo porque cree que esa posibilidad se convertiría en un coladero. Tampoco lo ve claro la abogada María Ángeles Jaime de Pablo, quien opina que podría tener efectos contraproducentes. "Si se dejase de incentivar la denuncia, las víctimas no colaborarían, por lo que terminarían reduciéndose las acusaciones y, en consecuencia, las condenas. El resultado sería el reforzamiento de la impunidad de las conductas de los explotadores", se plantea la jurista, que define a las víctimas de trata como "las más desprotegidas y vulnerables".

No sólo ellas, sino también los suyos. "Si la familia está siendo amenazada en el país de origen y el Estado no garantiza su seguridad, insistimos en la necesidad de que tengan las mismas oportunidades que un asilado, lo que implicaría la reagrupación familiar con carácter preferente", defiende Marta González, quien también aboga por reformar la ley de testigos. Supondría una mayor protección para "el eslabón más débil de la cadena laboral", que está sufriendo los embates de la crisis y la falta de empleo. "Cada día encuentran más dificultades para encontrar trabajo, dejar las casas de acogida y tener una vida autónoma", apunta la responsable de Proyecto Esperanza, que ha visto minada su financiación tras la desaparición de las obras sociales de las cajas de ahorro. "Cuando necesitamos más recursos ajenos para cubrir todas sus necesidades, desde el alojamiento a la formación, vemos cómo el presupuesto del Plan Nacional de Lucha contra la Trata se reduce un 25%".

La Policía practicó 421 detenciones en el primer semestre de 2013
Mientras, las mafias siguen lucrándose con la explotación de seres humanos pese a la labor de la Policía Nacional, que en el primer semestre de este año llevó a cabo 132 actuaciones contra la trata, donde fueron detenidas 421 personas e identificadas 539 víctimas directas de la prostitución (117 de tráfico de seres humanos y 422 de explotación sexual), entre ellas diez menores. Además, fueron inspeccionados 750 lugares donde se ejerce la prostitución, en los que detectaron a más de 6.600 personas en riesgo, casi todas mujeres, según datos del cuerpo armado.

Sin embargo, el IV Informe de Seguimiento del Plan de Acción Nacional contra la Trata para Explotación Sexual señala que en 2012 el número de víctimas identificadas descendió casi un 10% respecto al año anterior, pasando de 1.082 a 976 en 2012, 21 de ellas menores. Asimismo, el número de periodos de reflexión ofrecidos bajó de 763 a 377 (que se corresponden con las mujeres en situación administrativa irregular, un 39%) y los aceptados por las víctimas se redujeron de 98 a 81. Un número de solicitudes y concesiones "tan bajo" y "preocupante" que motivó que la Defensora del Pueblo haya pedido que se revise el procedimiento.

"Muchas tienen miedo a dar el paso, algunas no se consideran víctimas y otras prefieren seguir siendo sometidas. Como sus explotadores conocen a sus familias, mejor saldar la deuda cuanto antes que ver peligrar la vida de sus hijos", cree la responsable de Vagalume. En el estudio hay un atisbo de luz, pues se refleja por primera vez la concesión de 66 autorizaciones de residencia y trabajo por circunstancias excepcionales, once de ellas definitivas. "Quien colabora y denuncia no será expulsada nunca", zanja José Nieto. Claro que el vacío que media entre el club y el juzgado da vértigo.

- Correo (trata@policia.es) y teléfono de atención a la víctima de trata:
900 10 50 90








La bloguera saudí Eman al-Nafjan conduciendo un coche por Riad.- AFP

La revolución entre pedales de las mujeres de Arabia Saudí

La campaña contra la prohibición de conducir a las saudíes se convierte en un símbolo de la lucha contra la discriminación por género de la monarquía alauí

SERGIO LEÓN Madrid Público.es

"Que la mujer conduzca debe ser su elección". Algo que parece tan obvio, puede llegar a convertirse en un todo un acto de rebeldía. Arabia Saudí es el único país en todo el mundo que prohíbe a las mujeres ponerse a los mandos de un volante. Es una de tantas restricciones con las que el régimen de Riad somete los derechos de las saudíes. Ellas ya han comenzado su particular revolución y han hecho un llamamiento para que el próximo 26 de octubre todas las mujeres salgan a la calle con sus coches.

Algunas saudíes, aparte de ser detenidas, han perdido sus trabajos por desafiar la prohibición de conducir.

Esta campaña, iniciada por un grupo de activistas saudíes, se remonta a 1990, cuando el gran muftí -mayor autoridad religiosa- de Arabia Saudí, el jeque Abdulaziz bin Baz, emitió un edicto religioso -o fatua- que llevó al Ministerio del Interior a imponer la prohibición de conducir a las mujeres. Desde entonces, y a pesar de que no exista una ley específica al respecto, ha habido una mayor represión, con detenciones y castigos severos contra aquellas que se atrevieran a ponerse al volante.

En 2007, un grupo de mujeres creó la Asociación para la Protección de las Mujeres en Arabia Saudí. Reunieron 1.100 firmas que presentaron al rey Abdalá para que levantara la restricción. En la década de los 90, todas las mujeres que desafiaron la prohibición, en su mayoría periodistas e intelectuales, fueron detenidas. Algunas incluso fueron despedidas de sus trabajos y a otras, junto a sus familias, se les prohibió viajar al extranjero. Hace dos años, tras las protestas iniciales en otros países de la Primavera Árabe y que en Arabia Saudí alentaron el activismo, otra campaña parecida acabó con el mismo resultado.

Lo normal es que las autoridades de la monarquía alauí arresten a las conductoras y se incauten del vehículo, hasta que el mehrem o tutor -un varón de la familia- se presente en la comisaría y firme un documento con el que se promete a no volver a repetir la "infracción". En varios casos, las detenidas se enfrentaron a cargos entre los que se incluía "desafiar al monarca". Una de ellas, Manal al Asharif, organizadora de la actual convocatoria, sólo pudo salir de la cárcel bajo pago de una fianza.

Un importante clérigo defiende que conducir lesiona los ovarios

La locura contra las conductoras es tal que el jeque Salé al Lohadien, un destacado jurista saudí y uno de los clérigos más importantes del país, aseguró hace pocos días que conducir lesiona los ovarios. "Si una mujer conduce un coche sin que sea absolutamente necesario podría sufrir impactos psicológicos negativos", dijo. 

Las organizadoras de la iniciativa destacan que "las mujeres de los acompañantes de (el profeta) Mahoma montaban caballos y camellos en su época. Las mujeres tenemos derecho a conducir en nuestra época moderna, a no ser que queráis que volvamos a montar mulas y caballos". Las activistas recuerdan que no hay ninguna mención en la sharia -ley islámica- ni en ninguna ley que prohíba conducir a las mujeres. "Si el Estado se niega a levantar esta prohibición, hacemos un llamamiento para que explique a los ciudadanos su justificación", reclama la campaña, que también exhorta a toda la población a colocar su logotipo en sus coches el día 26 y anima a las mujeres a que no cesen en su empeño y aprendan a conducir.

Miles de personas han dado su apoyo a la convocatoria -se recogieron casi 10.000 firmas en apenas dos días- a través de las redes sociales, que para las activistas suponen un método de difusión imprescindible. Gracias a Twitter y Facebook, la campaña ha ganado repercusión e incluso les medios de comunicación locales la han acogido de forma positiva. "Estas mujeres se han convertido en un símbolo de la lucha contra la discriminación en Arabia Saudí", remarca Yolanda Vega, de Aministía Internacional.

Vega hace hincapié en la "valentía" de las activistas que, a riesgo de ser detenidas por el mero hecho de subir a Youtube un vídeo de una saudí conduciendo, prosiguen con su desafío al régimen. La representante de la ONG espera que la campaña no sólo sirva para acabar con la prohibición de conducir, sino también con otras restricciones sociales y laborales en contra de las mujeres. Las saudíes no sólo no pueden manejar un vehículo. Necesitan la aprobación de un familiar masculino para cosas tan elementales como viajar, conseguir un trabajo, abrir una cuenta bancaria o tener acceso a asistencia sanitaria.

Un estudio alerta de que el 93% de las mujeres casadas han sido maltratadas al menos una vez.

Los abusos contra las mujeres se producen en todos los ámbitos de su vida. Amnistía ha denunciado en multitud de ocasiones que las saudíes soportan torturas y castigos corporales. Incluso se han dado casos de condenadas a pena de muerte sin que ni siquiera se haya producido un juicio justo. Otras organizaciones como Human Rights Watch también han criticado la segregación de género implantada en el país y han denunciado que la tutela legal de los hombres sobre las mujeres les impide a ellas disfrutar de sus propios derechos.

Amnistía, además, alerta de una violencia de género muy extendida en el país. Ante ello, y viendo los límites a los que se estaba llegando, en mayo de este año la Fundación Rey Jaled, una asociación caritativa fundada por los hijos del monarca saudí, lanzó una campaña, la primera de este tipo en la historia de este reino ultraconservador, para animar a las mujeres a denunciar los maltratos. 

Un estudio en 2011 de la Asociación Nacional de Derechos Humanos alertaba de que el 93% de las mujeres casadas habían sido agredidas al menos una vez en sus vidas y que tan solo el 13% había demandado a su agresor. Las propias autoridades han reconocido la existencia de la lacra de la violencia machista en su país. El Ministerio de Asuntos Sociales creó un teléfono gratuito y en tan solo un año atendió 1.115 denuncias.

La campaña cuenta con un gran apoyo y en apenas dos días consiguió recopilar casi 10.000 firmas.

Dentro de este clima, se desarrollará la nueva campaña contra la prohibición de conducir. Amnistía, como ya ha hecho en las anteriores ocasiones, da su apoyo y ya está preparando una serie de iniciativas. Yolanda Vega considera que esta vez la represión puede ser menor ya que, según apunta, las detenciones contra las conductoras se han reducido.

Lo cierto es que el el rey Abdulá ha aprobado algunas reformas, aunque muy tímidas, a favor de los derechos de las mujeres en los últimos dos años. En enero nombró a 30 mujeres en el Consejo de la Shura, que aconseja al Gobierno en la redacción de leyes, y a finales de 2011 aseguró que las saudíes podrían votar o presentarse como candidatas en las próximas elecciones municipales, los únicos comicios que tienen lugar en Arabia Saudí.

Asimismo, la Comisión para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, el organismo que vela por el cumplimiento de los estrictos códigos islámico del reino alauí, también conocida como policía de la moral, anunció recientemente que no es competencia suya perseguir a las conductoras. Sin embargo, el pasado día 10, la Shura rechazó la propuesta de Latifa al Shaalan, una de las mujeres que integran el Consejo, y dictaminó que las saudíes seguirán sin tener derecho a obtener el permiso de conducir. Sea como sea, ya no hay vuelta atrás, la revolución entre pedales de las saudíes sigue su marcha y el próximo día 26 dará un nuevo acelerón.







ENTREVISTA | JADIYETU MOHTAR

"La mujer es el sustento de los campamentos saharauis"

La representante de la Unión de Mujeres Saharauis celebra que la décima edición del FiSahara homenajee la labor de la mujer para mantener vivo el espíritu de resistencia de todo un pueblo. Critica además la hipocresía del Gobierno español ante el Sáhara.


Por SERGIO LEÓN Madrid 


Jadiyetu Mohtar durante la presentación del FiSahara que este año cumple su X aniversario. - JOSÉPHINE DOUET
Jadiyetu Mohtar durante la presentación del FiSahara que este año cumple su X aniversario. - JOSÉPHINE DOUET


Con motivo del X aniversario del Festival de Cine Internacional del Sáhara (FiSahara), la representante de la Unión de Mujeres Saharauis (UNMS) en España y miembro de la Delegación Saharaui para España, reivindica la labor de la mujer saharaui en los campamentos de refugiados, donde ha enseñado castellano en sus diferentes escuelas.

Ella fue la voz del Sáhara libre en las radios que emitían desde las zonas liberadas de las dos administraciones, tanto la española como la marroquí. La lucha por la autodeterminación del pueblo saharaui, defiende, no debe ser impedimento para reivindicar todo tipo de derechos. "Las mujeres árabes no se van a echar atrás ni un palmo", advierte.

¿Qué importancia tiene la celebración del FiSahara para la población saharaui?

En primer lugar, el FiSahara es importante porque es un instrumento cultural que ayuda a la difusión de la causa saharaui, aunque sea por unos días. Esa difusión llega a mucha gente que, a su vez, ayuda a visibilizar el problema saharaui, tanto el político y el humano humano, algo a lo que ha contribuido especialmente la mujer saharaui. Estamos muy presentes en la escena internacional y gracias a ello hemos aprovechado para entablar relaciones con otras organizaciones feministas, profundizar en otros campos más de género y poner nuestro granito de arena en esa lucha global que tenemos las mujeres.

El festival, en el año que celebra su décimo aniversario, está dedicado a la mujer saharaui.

Los campamentos son un ejemplo de dignidad donde el ser humano sobrevive como persona, aunque pase hambre
La labor de la mujer saharaui es fundamental. Es el pilar y el sustento de la resistencia en los campamentos. Si no fuera por su fuerza y toda la infraestructura organizativa que han montado de gestión y gobernanza, creo que no hubiera sido posible tener los campamentos como están a día de hoy. Son todo un ejemplo de organización. No son los típicos campamentos donde los refugiados viven esperando una bolsa de comida. Son un ejemplo de dignidad donde el ser humano sobrevive como persona, aunque pase hambre, manteniendo la dignidad por encima de todo. Creo que las mujeres hemos jugado un papel importante para que nuestra población no decaiga.

En la presentación del FiSahara de este año usted comentaba que las mujeres no tienen primaveras, sino que llevan 38 primaveras árabes.

Y vamos a tener muchas más. Pienso que nuestra lucha no es sólo el de resistir en los campamentos y pelear por el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Tenemos unos objetivos, y son los de seguir luchando por nuestros derechos como personas, primero, y luego como mujeres. La participación desde un principio en la lucha por la liberación nos ha permitido posicionarnos e ir escalando y ocupando el puesto que nos corresponde. Hemos estado un siglo bajo ocupación colonial española y eso ha mermado mucho la presencia de derechos de las mujeres. La situación es muy triste. Hemos sufrido una invasión y un éxodo masivo de unos campamentos, pero por lo menos hemos aprovechado para hacernos más fuertes. Nuestra lucha no se basa solamente en volver a nuestro país, sino también en seguir trabajando en la construcción de nuestra sociedad. Tenemos asumido ese papel. Yo creo que en estos 38 años el mayor trabajo que han hecho las mujeres es formar precisamente esta conciencia.

El papel de la mujer en las revueltas populares en el mundo árabe ha sido, en la mayoría de los casos, esencial. Sin embargo, las esperanzas de avance para la mujer se han visto frustradas ante otro tipo de reivindicaciones. ¿Temen algo parecido con la causa saharaui?.

Nosotras, como Unión Nacional de Mujeres Saharauis, estamos sensibilizando y mentalizando a las mujeres de que eso no puede pasar, de que no debemos dejar que eso pase nunca. La experiencia de otras revoluciones donde las mujeres que han participado han tenido que sufrir que al conseguir la independencia se han mermado sus derechos nos sirve de ejemplo a no seguir.

"No podemos permitir que se mermen nuestros derechos como ciudadanas" 

Tenemos que concienciar, tenemos que formar, tenemos que educar y tenemos que poner en aviso a las mujeres. Es nuestra forma de hacer política. A nivel colectivo eso no puede pasar, porque tenemos que luchar en ese sentido, no podemos permitir que se mermen nuestros derechos como ciudadanas. A nivel individual, cada una tendrá la conciencia que quiera y luchará en la forma que quiera, pero a nivel colectivo, como mujeres, como miembros de una sociedad, como parte y mitad de una sociedad, no lo vamos a permitir. Las mujeres árabes no se van a echar atrás ni un palmo.

¿Es posible una sociedad igualitaria en el mundo árabe?

Hemos educado a las mujeres para que sigan luchando y les hemos demostrado que si no se lucha no se consigue nada. Y esto se ha visto ahora en los países europeos, donde con la excusa de la crisis, los gobernantes han aprovechado para recortar derechos y garantías no solamente para las mujeres, sino también para toda la sociedad. Creo que eso es un punto de inflexión donde las mujeres en cualquier parte del mundo debemos entender que nadie nos regala nada, que los Gobiernos no nos regalan nada, que tenemos que seguir luchando para legitimar día a día los derechos a través de leyes y a través de propuestas para que nos tengan en cuenta.

Ante la situación actual, ¿qué es lo que pueden exigir al Gobierno del Frente Polisario?

Como te comentaba, la crisis económica occidental nos ha ayudado a percatarnos de que nada es seguro. Los que, en el mundo más moderno, más desarrollado, pensaban que ayer tenían ciertas garantías, se han dado cuenta de que eso no es así porque de un plumazo, en una mera sesión de Gobierno, de apenas una semana a otra, te pueden recortar tus derechos a través de un decreto ministerial, presidencial o como lo quieras llamar. Nosotros todavía estamos luchando por un derecho fundamental inalienable, el derecho de autodeterminación.

"El discurso de Mariano Rajoy ante Naciones Unidas me suena a chino"

El resto de los derechos, queremos tenerlos, estamos luchando por tenerlos, pero no podemos exigir a nuestro Gobierno ciertas cosas porque no estamos en nuestro país. Somos un país dividido, tenemos una mitad bajo administración marroquí y la otra mitad en el exilio. Los que estamos en el exilio estamos imponiendo unos derechos, pero, ciertamente, nuestra situación nos limita. Vivimos de la ayuda internacional. Con lo cual puede que nuestro Gobierno ahora mismo nos diga que tiene una excusa, que es un Gobierno en el exilio, que depende de la solidaridad, y no nos puede ofrecer más allá de lo que tenemos ahora mismo. Pero eso no quita en el futuro debemos seguir exigiendo más cosas.

¿Qué opinión le merece el último de discurso de Mariano Rajoy -"España apoya una solución política justa que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental"- en Naciones Unidas?

A mí las palabras de Rajoy me suenan a chino. No vale decir algo en la tribuna de la Asamblea General de la ONU cuando es incapaz de hacerlo aquí en el Estado español. ¿Qué pasa, que cree que estando en un sitio tan lejano el pueblo español no le puede oír? A lo mejor cree que como solamente le oyen los dignatarios internacionales lo puede decir con la boca bien grande, pero aquí, ante la sociedad civil española y cerca de Marruecos no lo puede hacer o lo dice con la boquita pequeña. Tiene que tener un discurso más real, más acorde con sus principios y no engañar a la comunidad internacional. Por un lado defiende ciertas cosas ante las Naciones Unidas y, por otro, aquí tiene otro discurso totalmente diferente. Quizás tiene miedo a las preguntas de los medios de comunicación o porque tiene en la calle Serrano la embajada marroquí.








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