miércoles, 21 de enero de 2015

857.- Qué bien se reinsertan los presos de derechas


Qué bien se reinsertan los presos de derechas

Por Aníbal Malvar  21 ene 2015
  

Más o menos simultáneamente, como todos los grandes acontecimientos de la Historia, nuestros jueces le abren la puerta de Soto del Real a Luis Bárcenas por 200.000 pavos y exoneran de culpa a Esperanza Aguirre por huir de la policía, derribar una moto y casi atropellar a un guardia. Ayer fue un gran día para la Historia de esta gloriosa nación llamada España. Y para los que conducen habitualmente por la Gran Vía, si la ley es igual para todos.

Sin duda España es un ejemplo universal de libertades, a pesar de la recalcitrante cantinela de tipos como Arnaldo Otegi. Nuestros más conspicuos delincuentes se reinsertan en la sociedad en un abrir y cerrar del ABC, demostrando que nuestro sistema penitenciario funciona perfectamente. Qué donosura al reinsertarse. Qué elegantísima fianza. Cómo sonríen los cajones donde se archivan las causas. Qué patillas en libertad. Qué rubia permanén sin siquiera multa. Qué pedazo de división de poderes gozamos en esta España dos, cuatro o tres, menos grande que mediana, y libre.

La capacidad de reinserción de Esperanza Aguirre ha sido muy asombrosa. Despues de aparcar en prohibido, poner en peligro la vida de unos guardias con un acelerón y huir a su palacio, ya está preparada para volver a la calle incluso sin pasar por juicio. La sociedad española la recibirá con los brazos abiertos. No hay mejor candidata a la alcaldía que la oveja descarriada que regresa a la majada.

Por su parte, a Bárcenas le imponen una fianza que apenas alcanza el 0,4% del dinero que se le encontró en Suiza. Presuponiendo, ya que está reinsertado, que en su bonhomía no guardará otros 20 ó 30 millones en las islas Caimán para fugarse. Después hay gente a la que estos mismos jueces arrebatan la casa porque debe 2.000 euros, pero son muy inexplicables excepciones. Ningún sistema judicial puede ser perfecto del todo. El 0,4% de 2.000 son ocho pavos, por cierto. Lo que le han pedido a Bárcenas para gozar de libertad y de una casa sin desahuciar, con sus platas, su chaise-longue, sus picassos y sus libros.




La presunción de inocencia siempre ha sido una costumbre muy española, sobre todo para los que son culpables. Ver a Bárcenas comprando cuellos de astracán en las tiendas de Serrano, a Esperanza Aguirre aparcando en triple fila en la calle de Alcalá con la falda almidoná, y a Alfon y al teniente Segura en el trullo, nos llena de seguridad y fe en nuestras instituciones. Nuestra capacidad para reformar a nuestros delincuentes de derechas es tan perfecta que ni uno solo de los imputados de Gürtel seguirá en el talego tras la espantada del ínclito Don Luis. Si ni siquiera huyen del país, ya nadie podrá insinuar que España sufre fuga de cerebros.

Debe de resultar muy tranquilizador para el votante del PP saber que en las próximas elecciones Luis Bárcenas va a estar en la calle, y Esperanza Aguirre, quizá, en los carteles. Y Mariano Rajoy tal vez vuelva a recordar a “este señor que tengo en la agenda [del móvil]”: “Luis. Lo entiendo. Sé fuerte”, le escribió en sms el presidente al ex tesorero hace un par de años.

Lo que realmente me extraña, para hacer justicia total en este país, es que el PP no haya publicitado un crowdfunding para pagar la fianza de Bárcenas y para comprarle un Red Bull (el bólido) a Esperanza Aguirre. El pueblo, la calle, el gentío entre el que mañana transitarán libres Bárcenas y Aguirre, se hubiera volcado.

Todos sabemos que la libertad es el opio del delincuente. Y aquí en España esa droga es legal, al parecer. Y se fuma en la calle Serrano y por ahí.




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