jueves, 12 de marzo de 2015

864.- El Tratado de Libre Comercio con EE.UU.


El Tratado de Libre Comercio con EE.UU.

EL ACUERDO FANTASMA

Bruselas prometíó transparencia, pero prohíbe a los parlamentarios hablar de la información a la que tienen acceso, sólo pueden leer en una sala bajo vigilancia, sin dispositivos electrónicos ni bolígrafos.
La UE sólo deja a los eurodiputados ver dos horas el texto del tratado con EEUU


Por ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL 

Jean Claude Juncker pidió más transparencia; Cecilia Malmström prometió correr las cortinas y dejar que la luz bañase los documentos del Tratado de Libre Comercio que Bruselas y Washington negocian con sigilo, pero la realidad es otra.

De hecho, el "esfuerzo" por mejorar la transparencia que venden el presidente de la Comisión Europea y la comisaria de Comercio fundamentalmente consiste en permitir el acceso a una parte de los documentos sobre el TTIP (Transatlantic Tade and Investment Partnership) a todos los eurodiputados, cuando hasta la fecha sólo siete europarlamentarios tenían acceso a la reading room para consultar los textos. 

Y esto, después de pedir cita, indicar exactamente qué documentos desean consultar durante un periodo máximo de dos horas por visita, y sin poder contar una sola palabra de lo que vean, bajo la amenaza de sufrir sanciones administrativas y exponiéndose incluso a afrontar un proceso penal.
La eurodiputada de IU Marina Albiol accederá a parte de los documentos secretos este jueves


Tampoco pueden reproducir los documentos con marca de aguas que les entregan en sobres con su nombre, ni tener ningún tipo de contacto con el exterior. En todo momento son vigilados por un funcionario de la UE que incluso debe revisar que los folios estén enteros y los parlamentarios no hayan arrancado partes para robarlas, y deben dejar fuera de la sala todos sus aparatos electrónicos, pero también relojes y en muchos casos incluso los bolígrafos, ya que sólo en ocasiones permiten tomar notas.

Estas son algunas de las condiciones que Bruselas impone a sus europarlamentarios para acceder a la información sobre el polémico acuerdo y a otros textos confidenciales, como explica el documento que la UE ha remitido a la eurodiputada Marina Albiol, de Izquierda Unida (grupo parlamentario de la Izquierda Unitaria Europea, GUE/NGL). 

Como miembro de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos del Interior, Albiol, una de las eurodiputadas españolas más críticas con el TTIP, cruzará por primera vez el umbral de la reading room a las 10 de la mañana para consultar un texto relacionado con la protección de datos. Su tiempo habrá concluido a las 12, y por muy positivo o negativo que sea el documento que pueda leer no podrá pronunciar una sola palabra al respecto.

De hecho, tampoco podrá acceder a todos los documentos, ya que Bruselas sólo muestra los textos que incluyen sus propias exigencias en la negociación-no consolidados-, no los que también marcan la posición de EEUU -textos consolidados-, que recogen el resultado de las conversaciones entre las dos partes. Como varios europarlamentarios de distintas formaciones han confirmado a este diario, sólo les permiten ver una parte, y les ocultan la más importante.
El documento de 15 folios remitido a Albiol,  titulado simplemente Consignas de Seguridad, establece que los europarlamentarios sólo pueden acceder a los documentos clasificados firmando una declaración solemne, y siempre en solitario.

En una escala del 1 al 4, siendo el 1 el máximo nivel de confidencialidad -EU Top Secret-, los diputados sólo tienen acceso hasta el tercero -EU Confidential- y la información sobre el TTIP a la que pueden acceder se encuentra en el nivel 4, EU Restricted, el más bajo. Desvelar los documentos clasificados como EU Restricted puede "resultar desventajoso para los intereses de la Unión o de uno o más de los estados miembro", según el texto.

No es el caso de los documentos del TTIP, pero en otras ocasiones los europarlamentarios pueden fotocopiar algunos de los documentos con el mismo nivel de confidencialidad, siempre en máquinas "certificadas", desconectadas de la red del parlamento y sin discos duros.

Doble vara de medir con el espionaje

“El espionaje puede provocar una grave violación de la integridad política y administrativa, y tener consecuencias graves para la UE y/o los estados miembros”, explica el documento en poder de Público, que incluye también un anexo con ejemplos de casos de espionaje que han afectado en mayor o menor medida a la UE. 

Sin embargo, entre ellos no aparece el mayor escándalo de espionaje de los últimos años: el de las escuchas de la NSA norteamericana a millones de ciudadanos europeos, de las que ni siquiera se salvó la canciller alemana Angela Merkel. 

De hecho, el escándalo de la National Security Agency (NSA) fue destapado cuando comenzaban las negociaciones oficiales del polémico TTIP, a mediados de 2013, y el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, pidió paralizarlas hasta esclarecer los hechos.

Hay quien duda si el socialista realmente pretendía lograr pararlas o si lo hizo para desmarcarse de la postura de los conservadores, con los que su partido gobierna en coalición en Alemania. Merkel, que se mostró indignada por haber sido espiada, ni siquiera se planteó esa posibilidad, como tampoco hicieron el resto de líderes europeos.  

La oposición contra el TTIP crece, y mientras fuerzas políticas como IU, Podemos o Equo intentan pararlo, liberales, socialdemócratas y conservadores presionan para culminar el acuerdo que la mayoría de gobernantes europeos defienden a capa y espada sin tener en cuenta a quienes alertan de los peligros del TTIP, entre ellos Mariano Rajoy.





El Tratado de Libre Comercio es un ‘best seller’

Por Juan Carlos Escudier

12 mar 2015

Para combatir las denuncias de secretismo acerca del Tratado de Libre Comercio con EEUU, la Unión Europea ha decidido dar un paso al frente y poner luz donde antes había oscuridad. Se trata de una luz muy tenue, apenas un cirio de iglesia, que estará encendida dos horas, que es el tiempo máximo que tendrá cada eurodiputado para revisar el texto a pelo y bajo la vigilancia de un funcionario, por si alguno trata de prenderle fuego para intentar demostrar que es infumable.

Bruselas ha dado todas las facilidades posibles, empezando por el idioma que es el inglés y no el chino mandarín. Es verdad que quien se atreva a enfrentarse a esta novela de intriga no podrá hacerlo con ningún aparato electrónico y ni siquiera tiene asegurado poder usar un bolígrafo, ya que la tentación de escribir en algún folio el ya celebre ‘estuve aquí y me acordé de ti’ suele ser incontenible. También es cierto que ni siquiera podrán acceder al texto entero, una pretensión absurda porque no existe persona en el mundo capaz de leer esa Biblia en sólo dos horas. Pero, ¿para qué querrían tomar notas, fotografías o tener en sus manos el documento íntegro si han de comprometerse a no revelar nada de lo aquí allí descubran ni a su madre en el lecho de muerte?

Hasta que la transparencia ha llegado a estas negociaciones ultrasecretas, todo invitaba a pensar que había encerrado no un gato sino una manada entera de felinos. El recelo aumentó tras conocerse que todos los documentos relacionados con el tratado no podrían ser consultados en 30 años. Y hasta hubo que quien llegó a pensar que el benéfico tratado que iba a impulsar el crecimiento hasta límites insospechados era sólo un gigantesco apaño para beneficiar a las multinacionales, con las que además se habían mantenido más de 100 reuniones preparatorias. Obviamente, los temores eran infundados.

Todo está más claro que el agua. El Tratado de Libre Comercio es una necesidad imperiosa aun cuando el comercio entre EEUU y Europa sea fluidísimo y los aranceles a eliminar sean sólo del 3%. No hay que fiarse de experiencias anteriores, como el Acuerdo de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA) firmado entre EEUU, Canadá y México, que si a alguien ha beneficiado ha sido a Washington. O de algunos estudios independientes como el de Jeronim Capaldo para la Universidad de Massachusetts, en el que se estima que provocará la destrucción de 600.000 empleos y una pérdida de ingresos de hasta 5.000 euros por persona al año. Son simples maledicencias.

Lo natural en estos casos es creer a pies juntillas a la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, que tras dibujar el paraíso en la tierra de inversiones, crecimiento y trabajo, ha prometido que Europa “no bajará los estándares ni de protección ambiental ni de protección al consumidor, ni tampoco se va a modificar la legislación laboral”. ¿Hacen falta más datos?

Así pues no hay de qué preocuparse. Ni los consumidores, que muy probablemente empecemos a disfrutar de las ventajas de los transgénicos aunque muchos digan que no son trigo limpio, ni las pequeñas y medianas empresas europeas, que acabarán siendo devoradas por las grandes corporaciones, ni la ciudadanía en general, que verá como el Tratado se coloca por encima de las constituciones nacionales hasta pervertir la esencia misma de la democracia. Las ventajas alcanzarán a todos.

En aras a facilitar el trabajo a las grandes corporaciones, que, al fin y al cabo y por mucho que nos hagamos trampas al solitario son las que mandan, es muy probable que se habilite un tribunal especial para que puedan demandar más cómodamente a aquellos estados que atenten contra sus beneficios presentes y futuros. Lo de ahora es un lío y hay veces que hasta los tribunales fallan en su contra.

Malmström estima que este año puede alcanzarse un acuerdo político y que para 2016 el Tratado ya podría estar en vigor. Para cumplir los plazos es necesario que los eurodiputados se den prisa leyendo porque a dos horas cada uno y sólo en días lectivos el funcionario que les vigila puede acabar hasta el moño o jubilado, lo que llegue antes. Nadie lo hubiera creído, pero estamos ante un best seller.






"El tratado con EEUU sentará en la misma mesa al capital y a los estados"

La Campaña no al TTIP organiza nuevas jornadas para explicar la esencia del tratado comercial que Bruselas y Washington negocian en secreto, a pesar de las promesas de implementar la transparencia de la Comisión de Jean-Claude Juncker


Por ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL

MADRID.- Bruselas prometió desclasificar nuevos documentos sobre las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con EEUU en 2015, preocupada por las acusaciones de falta de transparencia en las reuniones, o por el excesivo peso de los lobbies en el proceso: dos realidades sobre las que se ha pronunciado incluso la defensora del pueblo de la UE, Emily O'Reilly. Sin embargo, y según denuncia el portavoz de Ecologistas en Acción Tom Kucharz, la Comisión Europea se ha limitado hasta la fecha a publicar documentos de posición en relación a distintas partes de la negociación, pero no "textos legales, el texto consolidado, ni las ofertas y las demandas de EEUU". "Eso es exactamente lo que hay que ver", asegura Kucharz a Público.

Junto al portavoz de Ecologistas en Acción, más de medio centenar de sindicalistas, activistas y representantes de partidos políticos se han dado cita este sábado en la sede de la Confederación General de Trabajadores (CGT), en el marco del primer encuentro estatal de la Campaña no al TTIP. Más de 130 organizaciones como Ecologistas en Acción y la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC); partidos como Podemos, Izquierda Unida o Equo y sindicatos como Comisiones Obreras (CCOO) y la propia CGT sustentan esta campaña, que a lo largo del último año ha trabajado para dar a conocer la letra pequeña del Tratado, que Bruselas y Washington tienden a obviar.

Un ejemplo es el llamado Consejo de Cooperación Reguladora, una suerte de filtro de todas las normas comunitarias que afecten a lo establecido por el TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership) y que daría nuevos poderes a las empresas para influir y "coescribir" las normativas. "Sería un cuerpo permanente y no temporal", "una mesa conjunta en la que se sientan el capital y el Estado", "la privatización de la política y de la ley, con otra ley", en palabras de Kucharz.  "Se perderían los últimos rincones de soberanía democrática", zanja.

El activista recuerda que aún no está claro quiénes se sentarán en este consejo -es posible que haya sillas para las agencias reguladoras-, pero sí  que las multinacionales contarán con acceso directo a estas negociaciones. "EEUU quiere que abarque todas las legislaciones de la UE, mientras que Bruselas quiere que sólo afecte a las que tienen un impacto directo sobre el comercio", que por otra parte pueden ser la mayoría, como apunta.


Otro de los puntos más polémicos en lo que a regulación se refiere es el reconocimiento mutuo entre los estándares de los 28 y Washington, o la obligatoriedad de armonizar estas regulaciones adoptando las más laxas en algunos campos, como plantea el actual borrador del acuerdo. Hasta la fecha, Bruselas ha defendido el polémico tratado esgrimiendo los supuestos beneficios económicos que generará de acuerdo con un estudio -ignorando los resultados de otros trabajos que alertan de lo contrario-, e insistiendo en que el reconocimiento de los estándares de EEUU no supondrá un riesgo para la salud o la protección de los europeos, ni una reducción de las normativas comunitarias.

El mecanismo de resolución de disputas ISDS (Investor-State Dispute Settlement) que previsiblemente incorporará el tratado, y que permitirá a las multinacionales demandar a los estados en los que inviertan, de considerar sus inversiones perjudicadas por los cambios normativos efectuados por estos países es sólo la punta del iceberg de los detalles de esta alianza, que hoy han sacado a relucir los activistas.

El estudio de la cara B de acuerdos como el TTIP o el CETA (UE-Canadá) ha propiciado un aumento de movilizaciones y campañas de protesta de ONGs, partidos políticos o sindicatos contra estos acuerdos. Liberales, socialdemócratas y conservadores impulsan el acuerdo, y en mayo de este año el Europarlamento votará una resolución nacida al amparo de estas fuerzas, para pedir a la Comisión Juncker que acelere las negociaciones sobre el acuerdo, similar a la que en su día aprobó el PP en el Congreso de los Diputados.

18 de abril: cita mundial contra el TTIP

Coincidiendo con la octava ronda de reuniones entre Bruselas y Washington, los activistas contra el TTIP en el Viejo Continente celebrarán el próximo 2 de febrero una reunión para coordinar estrategias de acción contra el acuerdo en la capital belga.

El 18 de abril, los opositores al TTIP de ambos lados del Atlántico celebrarán una jornada global contra el acuerdo, en línea con la acción desarrollada el pasado 11 de octubre.  Distintos miembros de ATTAC aseguran a este diario que la cita debe ser "lo más grande posible", aunque también esperan que el debate sobre el acuerdo esté presente en las campañas para las elecciones municipales y autonómicas de mayo en nuestro país, y que el rechazo a la alianza atlántica logre colarse entre las reivindicaciones básicas de los trabajadores el próximo 1 de mayo. 

La reunión de este sábado se ha saldado con la creación de varios grupos de trabajo, y con el reto de visibilizar el acuerdo transatlántico en el Parlamento Europeo y en las cámaras nacionales. 

Según los activistas, la alianza comercial viene a consolidar el modelo neoliberal imperante, y el mejor antídoto contra el TTIP -como en su día defendió Susan George-, es precisamente avisar a la ciudadanía de que entrañará peligros para los derechos laborales, los mercados públicos o las normas de seguridad y ambientales de la UE.




"El tratado con EEUU permitirá un tsunami de privatizaciones"

Por ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL

Bruselas dice que no hay nada que ocultar, pero guarda los documentos sobre el Tratado de Libre Comercio con EEUU en una habitación bajo llave a la que sólo pueden acceder siete eurodiputados, y en la que no pueden entrar con cámaras o teléfonos móviles. Después de más de un año haciendo oídos sordos a las críticas sobre la opacidad de las negociaciones, la Comisión Europea ha dejado de obviar la existencia de este borrador de acuerdo, para pasar a defender discretamente las supuestas ventajas del tratado.

"El silencio es su gran aliado y que no haya silencio sobre el TTIP es nuestra gran ventaja", asegura Marga Ferré, secretaria de Programas de Izquierda Unida (IU). Este lunes, en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas, la formación ha celebrado un seminario para concienciar sobre los peligros del Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP), que la UE y EEUU negocian sigilosamente, mientras crece el rechazo de organizaciones sociales, sindicatos y fuerzas políticas al polémico acuerdo, que todavía resulta casi desconocido para los españoles.

El mandato negociador de la Comisión Europea ha sido secreto durante año y medio, la influencia de los lobbistas en las negociaciones ha quedado más constatada, y Bruselas sigue mostrándose completamente incapaz de aportar argumentos contundentes que justifiquen su apoyo al acuerdo. Para ello, se remiten una y otra vez a las cifras más optimistas de un estudio elaborado en 2013, pero ignoran otras como las que aporta una reciente investigación de la Universidad de Massachusetts, que alerta de la posible destrucció

indicatos, organizaciones sociales y varios representantes de IU han subrayado también el riesgo de que el tratado se convierta en una suerte de marco regulatorio internacional al que quedarían supeditados los estados. Esto, por no hablar del mecanismo de protección de inversiones (ISDS) que incorpora el TTIP -contra el que hoy se pronuncia el PSOE, que antes lo apoyó-, y que permitirá a las empresas inversoras demandar a los estados por cifras millonarias si estos efectúan cambios regulatorios que a juicio de las corporaciones puedan perjudicar sus inversiones. Las empresas demandarán ante tribunales arbitrales, y no ante las justicias nacionales, alimentando el lucrativo negocio del arbitraje internacional, controlado por unas pocas empresas estadounidenses y europeas.
Grosso modo, los participantes en este foro ven el TTIP como una herramienta al servicio del imperialismo, el caballo de Troya de las empresas para imponer regulaciones más laxas, recortar más derechos a los trabajadores y obtener más beneficios, con peligros para el medio ambiente, el sector público o el alimenticio. "El tratado con EEUU permitirá un tsunami de privatizaciones", vaticina Ferré.

En esta línea, y mientras CCOO opta por marcar líneas rojas que permitan renegociar el acuerdo, la CGT, ATTAC, Ecologistas en Acción e IU optan por dar portazo a la iniciativa. Creen que explicar la verdadera naturaleza del TTIP servirá para que la ciudadanía se rebele contra el acuerdo, logrando así que el tratado nunca vea la luz.

La europarlamentaria de IU Marina Albiol ha sido la encargada de organizar las charlas de este lunes, que sirven como toma de contacto para el seminario que celebra este martes el grupo de la Izquierda Unitaria Europea (GUE/ NGL) - el que se incluyen fuerzas como IU o Podemos-, con el que intentarán explicar las verdaderas repercusiones de este acuerdo.
"El objetivo es crear redes, favorecer el contacto entre las organizaciones sociales que trabajan contra el TTIP a ambos lados del Atlántico", explica la eurodiputada. Como ya alertó hace unas semanas a este diario, Albiol sostiene que el acuerdo pondrá a la ciudadanía a los pies de las multinacionales si finalmente es ratificado. "No es EEUU contra Europa: son las multinacionales de la UE y de EEUU contra sus clases trabajadoras".

Como hiciera IU ante el Congreso de los Diputados en mayo de este año, Marga Ferré ha abogado este lunes por la celebración de un referéndum para que los españoles se pronuncien sobre el tratado. Washington y Bruselas cerraron recientemente la séptima ronda de reuniones sobre el acuerdo, que empezó a negociarse formalmente a mediados de 2013.

Incluso en el caso de que conservadores, socialistas y liberales logren su ratificación, esta no se producirá antes de finales de 2015 o principios de 2016 como pronto, para lo que deberá pasar por la Eurocámara y por los parlamentos de los distintos estados, y deberá ser ratificado o rechazado en su fase final, sin que sea posible presentar enmiendas.

En una rueda de prensa celebrada durante la mañana de este lunes, el eurodiputado de la Izquierda Plural Joan Josep Nuet también se ha mostrado optimista con respecto a las posibilidades de paralizar el avance del tratado. Nuet recuerda que el acuerdo deberá pasar por el Congreso de los Diputados, y asegura que tras las elecciones de noviembre de 2015 esta cámara habrá sido renovada, por lo que existirán posibilidades reales de que España rechace el TTIP.



El Tratado de Libre Comercio con Canadá, caballo de Troya de las multinacionales en Europa




Por ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL

Nuevas dosis de opacidad y nuevas ventajas para las empresas frente a los estados son, grosso modo, las claves del Tratado de Libre Comercio entre la UE y Canadá, según el informe de varios organismos internacionales, Vendiendo la Democracia, que ha visto la luz este mismo miércoles.

El documento, al que ha tenido acceso este diario, alerta de que el polémico CETA (Comprehensive Economic and Trade Agreement), no sólo servirá para reducir aranceles, como se empeñan en recordar sus promotores, sino que además brindará nuevos poderes a las multinacionales, y servirá como campo de pruebas de lo que vendrá después: el Tratado de Libre Comercio entre la UE y Bruselas, el polémico TTIP, que la UE negocia con sigilo, impermeable a las críticas de fuerzas políticas y organizaciones sociales que alertan sobre sus peligros, y sobre el excesivo peso de las multinacionales en las negociaciones.

A mediados de los 90 apenas había constancia de una docena de demandas de empresas a estados; a finales de 2013 eran 568

Ambos acuerdos son similares en esencia, e incorporan un mecanismo de protección de inversiones (ISDS), que permitirá a las empresas denunciar a los estados en los que realicen inversiones, en caso de que estos países apliquen cambios normativos que a juicio de las empresas perjudiquen a sus inversiones. Sin embargo, el acuerdo con Canadá va un paso más allá, y también recoge el derecho de las empresas a denunciar a los estados de verse perjudicadas las "expectativas legítimas" sobre sus inversiones, en virtud de una "cláusula de trato justo y equitativo". Por no hablar de la suerte de cláusula zombie que incorpora el CETA, y que permitirá a las multinacionales seguir demandando a los países en los que inviertan 20 años después de disolverse esta alianza.

El mecanismo ISDS sólo permite que las empresas denuncien, no los estados. En vez de recurrir a los tribunales nacionales, las corporaciones acuden a tribunales arbitrales, que zanjan con laudos irrevocables estos litigios. Las disputas suelen durar años, y obligan a los estados a afrontar costes millonarios, ganen o pierdan. Según el estudio, la inclusión de este mecanismo sirve para conceder aún más poder a las empresas, mientras los estados se enfrentan a árbitros que actúan "con una clara tendencia a interpretar las leyes en favor de los inversores". 

Si las empresas no se ponen de acuerdo con los estados para designar a los árbitros, la pelota pasa al tejado del Centro Internacional para la Resolución de Disputas sobre Inversiones (ICSID), dependiente del Banco Mundial. Para los autores del documento, esto supone "dejar al zorro vigilando el corral de las gallinas", en un sistema en el que ya contemplan el "conflicto de intereses de los árbitros", que cuentan con potestad para decidir qué demandas admitir, aunque sean "frívolas o infundadas", y no pueden ser juzgados por las decisiones que adopten en estos procesos -cualquier juez puede ser condenado por prevaricación, pero no estos árbitros-.  Por todo ello, el estudio considera el ISDS un arma contra los estados, que en muchas ocasiones les condiciona, impidiéndoles aplicar cambios normativos por temor a las denuncias de las multinacionales.

Los estados dedican una media de seis millones de euros a costear estos procesos, que suelen durar años

Las cifras hablan por sí solas: frente a la docena de demandas de empresas a estados documentadas a mediados de los 90, en 2013 ya eran más de 568, por lo que también ha crecido el número de estados que se oponen a incluir el ISDS en sus alianzas comerciales. El hecho de que tanto la UE como Canadá cuenten con sistemas judiciales sólidos es otro de los argumentos del estudio, que considera totalmente innecesario recurrir a los tribunales arbitrales.

En su análisis, el documento se remite a los datos del acuerdo entre Canadá, EEUU y México (NAFTA), para recordar que Ottawa ha perdido o se ha visto obligada a llegar a acuerdos en seis de los 35 casos en los que ha sido demandada por empresas estadounidenses o mexicanas, por lo que ha tenido que gastar más de 142 millones de euros en compensar a las multinacionales, gastos procesales aparte.

Los abogados especializados más cotizados cobran hasta 800 euros por hora, y los árbitros se embolsan cerca de 2.400 euros por día de trabajo sin contar con dietas, transporte y alojamiento. De hecho, como denuncia un estudio reciente, los estados dedican seis millones de euros de media a costear estos procesos, que acostumbran a dilatarse durante años. Es un negocio en manos de unas pocas empresas europeas y estadounidenses, que concentran la inmensa mayoría de estos lucrativos casos.

En los arbitrajes, los abogados cobran hasta 800 euros por hora, y los árbitros cerca de 2.400 por día, sin contar con las dietas

Vendiendo la Democracia: Cómo las reglas de protección de inversiones del CETA amenazan los servicios públicos en Canadá y en la UE es el último informe publicado por más de una docena de organizaciones canadienses y europeas, como el Transnational Institute, el Observatorio Corporativo Europeo o el Centro Canadiense de Alternativas Políticas: organizaciones sociales, think tanks y ONGs que concluyen su análisis pidiendo a los legisladores que renuncien a incluir el ISDS en el tratado con Canadá, pero también en alianzas como el TTIP.

Alianzas que, en palabras de Pia Eberhardt, coautora del informe, son "arriesgadas y muy peligrosas". La investigadora del Observatorio Corporativo Europeo denuncia a Público la actitud de las autoridades europeas, que responden a las críticas con "propaganda" y se empeñan en seguir adelante con acuerdos como el CETA o el TTIP, a pesar de que la oposición a este tipo de alianzas sigue creciendo.

Este lunes, en Madrid, el Parlamento Europeo celebró un seminario sobre el  TTIP en el que PP y PSOE volvieron a enumerar los supuestos beneficios que traerá el polémico acuerdo, sacudiéndose de paso las acusaciones de falta de transparencia en las negociaciones. Un acto de "propaganda" en opinión de Podemos, IU y Equo, que no fueron invitados al evento, y que denunciaron la falta de voces críticas en el encuentro.

Con el CETA, las filiales de multinacionales estadounidenses en Canadá también podrán demandar a los estados europeos

Florent Marcellesi, portavoz de Equo en la Eurocámara, comparó este lunes el acuerdo de Bruselas con Canadá y la alianza con EEUU, asegurando que el primero es "el hermano mayor del TTIP". Lo cierto es que las negociaciones del CETA también han sido tachadas de opacas, y el ISDS que incorpora es "aún más peligroso" que el del TTIP, como recuerda Eberhardt, pero esto sólo es la punta del iceberg. De hecho, los investigadores temen que el acuerdo con Ottawa sirva como una suerte de caballo de Troya de las multinacionales: el CETA no sólo será una alfombra roja para las empresas canadienses, sino que también podrá ser esgrimido por las filiales de multinacionales estadounidenses, que cuentan con un peso importante en la economía de Canadá.

En septiembre de este año, representantes europeos y canadienses escenificaron en Ottawa el fin de las negociaciones del tratado, pero no será hasta 2016 cuando comience a aplicarse, de ser ratificado por los 28.
Las fuerzas partidarias de estas alianzas sostienen que generarán riqueza y empleo, pero evitan leer la letra pequeña de estos acuerdos. Mientras, el número de detractores del CETA y el TTIP sigue creciendo, denunciando que estos tratados son la consagración del modelo neoliberal que tanto gusta a las élites económicas, y que restarán soberanía a los estados que los firmen.










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