miércoles, 28 de mayo de 2014

786.- Théroigne de Méricourt: Amazona de la Revolución



Théroigne de Méricourt: Amazona de la Revolución



Jean Etienne Dominique Esquirol (1772-1840), una de los pioneros de la moderna psiquatría (entonces se llamaban alienistas) y principal discípulo de Pinel había observado que las conmociones políticas imprimen un sello singular a la locura: "Cuando Bonaparte hizo reyes, hubo muchos emperadores y reyes en las casas de los locos". Igualmente durante las grandes crisis y revoluciones, determinadas personalidades que Emilio Mira denomina "tipos revolucionarios", se transforman en conductores combativos y organizadores. Sin embargo, no son los delirantes los que hacen la historia. El héroe lo es no porque sus rasgos psicológicos impriman características individuales a los grandes acontecimientos, sino porque está dotado de una fina intuición de las necesidades de una época, surgidas éstas de causas externas a él mismo. Ningún héroe o heroína escapa a las contradicciones internas y externas. Por más visionario que sea, no puede imponer a su época relaciones que todavía no corresponden al desarrollo social y espiritual de ese tiempo.



Orígenes, niñez y adolescencia

Esto viene al caso de nuestra historia, que es la existencia de Anne Joséphine Terwarne, nacida en 1762 en la pequeña aldea belga de Méricourt.

Su historia clínica nos ha llegado a través de Esquirol, quien la describe como un ejemplo de su especie "lipemanía" y también del efecto de "las pasiones del alma como extravíos de la razón". Parecería que la Revolución Francesa y el modernismo devienen un nuevo sujeto histórico: la mujer.


Jean Etienne Dominique Esquirol
Jean Etienne Dominique Esquirol



Este sujeto, hasta entonces desdibujada, sin voz, "costilla de Adán", hace que por ejemplo, en un escrito de la época la ignota Etta Plan, holandesa de oscuros orígenes, sea considerada (1789) "casi tan inteligente como un hombre". Sus conferencias en la "Sociedad de Amigos de la Verdad" obtienen una audiencia llamativa. Pero volvamos a Théroigne.

El padre de la futura heroína, empobrecido por los impuestos feudales, decidió que Ana Josefina debía buscarse un sustento y desde muy pequeña le impuso el oficio de sirvienta. A los 14 años, Théroigne (ya había comenzado a llamarse así) era una jovencita delgada, de formas graciosas, nerviosa, de larga cabellera castaña y ojos azules llenos de sombras. Su aspecto suave, su voz profunda la hacían aparecer como una joven muy por encima de su condición. La separación de la familia fue dolorosa para la muchacha, y es probable que para esa época comience en su interior una exaltada rebelión contra los hombres que ejercían sobre ella un derecho de propiedad, cosificándola.


Ignoramos la relación con su madre, aunque sospechamos que Théroigne debió sentir una gran culpabilidad por escapar del dominio de la madre y a la simbiosis primigenia, asumiendo el componente viril de su bisexualidad. Ignoramos también el trato que recibió de sus amos, pero sospechamos que debe haber sido tan duro como el que era habitual hacia las jovenes sirvientas de su edad y condición. Lo cierto es que un acaudalado, anciano y libertino caballero inglés puso su mirada en la joven y resolvió llevársela a Inglaterra. Allí adoptará definitivamente el nombre de Théroigne de Méricourt combinación del Terwagne paterno con la madre tierra, lugar de nacimiento.



Una prostituta ilustrada

Al morir su protector se transforma en la heroína de alegres aventuras mundanas. Su habilidad, inteligencia y herencia le ayudan a conseguir amantes ricos y aristocráticos. Sus formas de inicio delicadas se perfeccionan, adquiere conocimientos, en una época atravesada por las ideas de la Ilustración. Aprende música, consiguiendo un buen conocimiento. Se transforma de "cenicienta" campesina en "mujer ilustrada". Théroigne, que nunca había estado en París, luego de vivir unos años en Londres resuelve instalarse allí. La ciudad es un volcán próximo a estallar, pero la joven no advierte o no quiere advertirlo, continuando su vida de cortesana, alegre y despreocupada. Pero en su interior existe una escisión entre su origen campesino y su feminidad negada y la vida cotidiana. Sigue manteniendo relaciones con su familia. Un hermano manifiesta vocación por la pintura y la joven le facilita un viaje a Italia y todos los gastos.

Arruina a sus admiradores uno a uno, como si el espíritu de venganza se hubiera refinado en un cálculo que le asegura una renta permanente. Un admirador firmó en esa época el siguiente documento: "Nicolás Dovillet de Persant, hidalgo, marqués de Persant, conde de Dens y de Pateau, se obliga a abonar a la señorita Anne Théroigne, menor de edad, cinco mil libras anuales de renta vitalicia, pagadera en dos cuotas anuales. Este convenio se firma en virtud de haber recibido el marqués de Persant, arriba mencionado, la suma de cincuenta mil libras de la señorita Théroigne. Podrá librarse del pago de la renta devolviéndole la suma mencionada". Asegurada materialmente, dueña de una hermosa casa, con sirvientes, carruajes y dinero, igualmente parece sentirse inquieta y vacía. Sigue en una búsqueda incansable.

Durante su estadía en Inglaterra le descubrieron una voz poco común. Fascinada, viaja a Italia para dedicarse al estudio del canto. Pero en 1789, enterada de los acontecimientos de Francia, abandona sus sueños de "diva" y se apresura a regresar a París.



Ruptura "ontológica". La ciudadana Théroigne

Campesina pobre de origen oscuro, cortesana devenida aristócrata, mujer ilustrada y ahora ciudadana, no parece tener un amarre fijo, posicionándose con entusiasmo en cada rol. Parecería ir a la búsqueda de una identidad nunca alcanzada. ¿Qué ha impresionado a Théroigne para producir esta última ruptura "ontológica"? Quizás la petición entregada a la Asamblea Nacional donde las mujeres declaran: "Ustedes anularon todos los privilegios, anulen también los del sexo masculino. Trece millones de esclavas llevan las cadenas que les colocaron trece millones de déspotas". La transformación es radical. Su casa se transforma en una sala de reuniones, hervidero de discusiones y propuestas. Robespierre, Danton, Desmoulins, Mirabeau y Saint Just visitan la caótica mansión devenida "Club Revolucionario".


Théroigne de Méricourt
Théroigne de Méricourt



Théroigne se pone al frente de un grupo de mujeres. El 14 de julio de 1789 aparece en la Toma de la Bastilla abriéndose paso con una espada. Meses más tarde dirige una muchedumbre de mujeres harapientas que se dirigen a Versalles. Sus actitudes son sin embargo criticadas para aquellos que en algún momento la apoyaron. Por ejemplo para Condorcet su esposa podía considerarse igual, y tomaba el ejemplo de Aspasia junto a Pericles, en el Siglo de Oro de Atenas. Pero no podía equipararse a ello la chusma, mujeres analfabetas que olían mal (o sea a todas las delicias de la pobreza...)

En octubre de ese mismo año (1789) nuestra heroína logra que una gran parte del ejército de Flandes se pase a la Revolución. El día de la derrota monárquica, casi sin recursos arroja sus últimas alhajas sobre la tribuna del "Club des Cordeliers" instando a las mujeres a hacer lo mismo para apoyar los ejércitos de la Revolución. Proclamada "La Primera Amazona de la Libertad", en el Club es recibida con las siguientes palabras: "Es la Reina de Saba que viene a visitar al Salomón de los distritos". Su elegancia no ha cambiado, fastuosa en los salones, elocuente y arrolladora en la calle, el pomo de su látigo es una cajita llena de perfumes (Breton).


Toma de la Bastilla (1789)
Toma de la Bastilla (1789)



En 1790 es enviada a Lieja para levantar al pueblo. La Revolución le ha otorgado un grado militar. Funda una liga revolucionaria, pero súbitamente desaparece sin dejar rastros. Su hermano se alarma; alguien sugiere que puede deberse a una causa romántica. Pero en verdad, denunciada por un emigrado, es arrestada por los austríacos en enero de 1791. Le quitan su biblioteca, en la que figuran Séneca, Cicerón, Horacio y Mably. Sus captores escriben durante el proceso: "Su entusiasmo fanático por todo lo que relacione con las ideas de libertad, igualdad y fraternidad es bien conocido". Finalmente el emperador Leopoldo desea verla; queda fascinado por la exposición de la singular prisionera y le concede graciosamente la libertad.

Théroigne sale de Austria, cruza Bélgica y retorna a París. El "Club de los Jacobinos" la recibe de pie. La Amazona relata sus peripecias y grita que el único medio para afirmar la libertad de Francia es "la lucha sin cuartel contra los emigrados y los déspotas elevando la antorcha de la Revolución a toda Europa".

El llamado a extender la guerra ofensiva encuentra eco en Brissot y su diario, "El Patriota Francés". Llega al apogeo de su oratoria. Ofrece organizar un batallón de amazonas y el "Club de los Hermanos" entrega un estandarte a las mujeres de San Antonio; Theroigne dice allí:



"¡Ciudadanas! ¡No olvidemos que debemos entregar nuestra vida a la patria! ¡Armémonos! La naturaleza y las leyes nos dan derecho a eso. Demostremos a los hombres que no somos inferiores a ellos en valentía y bravura; demostremos a toda Europa que las mujeres francesas conocen y están a la altura de las ideas de su siglo, despreciando los prejuicios absurdos y antinaturales. ¡Mujeres francesas! Comparen lo que somos en el orden social con lo que deberíamos ser. Para conocer nuestros derechos y nuestras obligaciones es necesario que nos dirijamos al juicio de la inteligencia, para con su ayuda poder distinguir lo justo de lo injusto. ¡Mujeres francesas! Lo repito otra vez: nuestra misión debe ser alta. Librémonos de las cadenas que nos atan; ya es tiempo de que la mujer salga del ambiente en que estuvo encerrada durante tanto tiempo, esclavizada por el orgullo, la ignorancia y la injusticia de los hombres; recordemos los tiempos en que nuestras madres, las mujeres galas y las orgullosas mujeres alemanas intervenían en las reuniones y luchaban al lado de los hombres, venciendo a los enemigos".


Théroigne inaugura la acción "feminista" de la época moderna y creemos que esto no ha sido reconocido. La actitud de los revolucionarios es ambivalente con sus reivindicaciones. Sólo una minoría la apoyó. Incluso su pedido de que la aceptaran en el "Club des Cordeliers" es denegado. El 10 de octubre el pueblo exasperado por la traición del rey se dirige a las Tullerías. Théroigne está al frente junto a sus seguidoras. Ese mismo día es descubierto un grupo realista que se había disfrazado de revolucionario. Entre ellos está Sulot, escritor monárquico que defendía a los Borbones y atacaba a la Amazona con pluma hiriente y cáustica recordándole un pasado de cortesana. Théroigne pide que se forme un "Tribunal popular", y son juzgados inmediatamente. Sulot muere a los pies de la heroína.


Théroigne de Méricourt
Théroigne de Méricourt



En el mes de septiembre el terror comienza a cobrar miles de víctimas entre los feudales y monárquicos. La guillotina trabaja incesantemente. Esto deriva en un intenso enfrentamiento entre las fracciones más moderadas y el Comité de Salud Pública.

Una identificación vacilante, ambivalencia de género Théroigne toma partido por los girondinos y específicamente por los "brissotistas", grupo que quería continuar la guerra exterior, pero que se oponía a las reformas revolucionarias en el frente interno. Esta evolución de Théroigne fue llamativa: al sublevarse contra la situación de inferioridad de la mujer, estaba dispuesta a aniquilar toda la organización social. Pero su conciencia de género con determinada "ideología" fomentada desde el origen del patriarcado se detuvo al ver que su trabajo de destrucción del mundo para la aparición de uno nuevo iba demasiado lejos. ¿Qué representaba Brissot? ¿Alguna "identificación vacilante" en su errancia?

Todo su ardor discursivo intenta ahora apegar las masas al orden y la constitución. Escribe: "Ha llegado el momento en que el interés común exige que nos unamos y sacrifiquemos nuestros odios y pasiones por el bien de todos".

Luego: "Es necesario elegir en cada sección seis ciudadanas, las más virtuosas y serias para afianzar la paz y recordar a los demás el peligro que amenaza la Patria. Estas ciudadanas usarán un chal con la inscripción «Amistad y Hermandad» y cuidarán el orden en las reuniones". No fue escuchada.



El episodio de la paliza, ¿desencandenamiento de la psicosis?

El 31 de Vendimiario de 1793, día de la expulsión de los moderados, Théroigne estaba en las Tullerías. Grupos de mujeres exasperadas gritaban "¡Abajo los brissotistas! ¡Muerte!" A lo lejos apareció Brissot tranquilamente, Théroigne quiso protegerlo, pero centenares de brazos la sujetaron y sin escuchar sus súplicas le rompieron las vestiduras y la azotaron furiosamente.



Al día siguiente, en el diario de París, "El Corredor del Distrito", apareció la siguiente nota:


"Una de las heroínas de la Revolución sufrió un pequeño revés en la terraza del Palacio de las Tullerías. En momentos en que reunía adictos se cruzó con partidarios de Robespierre, los cuales no queriendo el crecimiento del Partido de Brissot se apoderaron de la luchadora y la azotaron con el entusiasmo que los caracteriza. Apenas pudo la guardia arrancar a la víctima de los enfurecidos".


Revolución Francesa
Revolución Francesa



La mirada médica. Una historia clínica

En el libro de Semelaigne sobre la historia de los grandes alienistas franceses, en el capítulo dedicado a Esquirol está la historia clínica de Theorigne, redactada por él mismo y de la cual extractamos algunos fragmentos:



"Théroeme o Théroigne de Méricourt era una célebre cortesana nacida en la región de Luxemburgo. De mediana estatura, tenía cabellos castaños, ojos grandes y azules, fisonomía móvil, marcha ágil, desenvuelta e incluso elegante"

"Esta mujerzuela, nacida según algunos, de honorable familia, salida de entre las cortesanas según otros, desempeñó un deplorable papel durante los primeros años de la Revolución. Tenía entonces 28 o 30 años"

"Se entregó a los diversos jefes del partido popular, al cual sirvió eficazmente durante los levantamientos y contribuyó principalmente el 5 y 6 de octubre de 1789 a corromper el Regimiento de Flandes llevando a sus filas mujeres de mala vida"

"Cuando se estableció el Directorio, las Sociedades Populares fueron clausuradas y Théroigne perdió la razón. La condujeron a una casa del «Faubourg» Saint Marceau. Entre los papeles de Saint Just se encontró una carta de ella, fechada el 26 de julio de 1794, en el cual aparecen signos de sinrazón (tenía 32 o 34 años)"

"En noviembre de 1800, a los 38 años, fue enviada a la Salpetriere; el mes siguiente a las Petites-Maisons, donde permaneció siete años. Cuando la administración de los Hospicios hizo evacuar los alienados de las Petites-Maisons, Théroigne retornó a la Salpetriere (1807). Tenía aproximadamente 47 años. A su llegada estaba agitada, amenazaba a todo el mundo, hablaba exclusivamente de libertad, de Comités de Salud Pública, revolucionarios, etc, acusando a todos los que se le acercaban de moderados, realistas, etc. En 1806 un importante personaje que había figurado como jefe de partido vino a la Salpetriere; Théroigne lo reconoció, se levantó sobre la paja de lecho en el cual permanecía acostada y llenó de injurias al visitante, acusándolo de haber abandonado el partido popular y de ser moderado, que sería castigado por un Decreto del Comité"

"En 1810 se hizo más calma y cayó en un estado de demencia que dejaba entrever rasgos de sus primeras ideas dominantes"

"Théroigne no quiere soportar ningún vestido, ni siquiera una camisa. Todos los días, mañana y tarde, varias veces por día, inunda su cama o mejor la paja de su cama con varios baldes de agua, se acuesta y en verano, se tapa con su sábana agregando la frazada en el invierno. Le gusta pasearse descalza en su celda de piso de piedra e inundada de agua"





"El frío riguroso no le hace cambiar este régimen. Jamás se la ha podido hacer acostar con una camisa o con dos frazadas. En los tres últimos años de vida se le dio un gran batón que casi nunca utilizó. Cuando hiela y no puede tener abundante agua, rompe el hielo para obtener agua, mojarse el cuerpo y en especial los pies. A pesar de que su celda es pequeña, oscura, muy húmeda y sin muebles, la encuentra muy bien, arguye estar ocupada en cosas muy importantes: sonríe a las personas que se le acercan; a veces responde bruscamente «No lo conozco» y se mete bajo la frazada. Raras veces responde adecuadamente. A menudo dice: «No sé; lo olvidé». Si se insiste, se impacienta; habla sola en voz baja; articula frases entrecortadas con las palabras «riqueza, libertad, fraternidad, Comité, revolución, pícaros, decretos, orden de arresto, etc. Odia a los moderados"

"Se enoja y se exalta cuando se la contraría; en especial cuando quiere impedírsele buscar agua. Una vez mordió tan furiosamente a una de sus compañeras, que le arrancó un pedazo de carne; el carácter de esta mujer había, pues, sobrevivido a su inteligencia"

"No sale casi nunca de su celda, donde por lo general permanece acostada. Si sale, lo hace desnuda o con su camisa; solo da algunos pasos, la mayoría de las veces en cuatro patas, se acuesta en el suelo y con la mirada fija, junta todas las briznas del hielo y las come. La he visto tomar y devorar pajas, plumas, hojas secas, pedazos de carne manchados de barro, etcétera. Bebe el agua que corre cuando limpia los patios, a pesar de que está cargada de desechos y suciedades, prefiriendo esta bebida a cualquier otra. Quise hacerla escribir, trazó algunas palabras, pero nunca pudo formar frases. Nunca dio ningún signo de histeria. El pudor parece apagado en ella y está habitualmente desnuda, sin enrojecer ante los hombres. Cuando en 1816 la hice dibujar, aceptó prestarse a ello sin parar mientes en el dibujo. A pesar de este régimen Théroigne ha continuado durante 10 años sana, estaba bien y regularmente reglada, comía mucho y no enfermaba"

"Algunos días antes de entrar en la enfermería apareció una erupción en todo el cuerpo. Théroigne se lavó como siempre con agua fría y se acostó en su cama inundada. Y la erupción desapareció, desde entonces se quedó en su cama sin comer y bebiendo agua"

"El 1 de marzo de 1817 Théroigne ingresa en la enfermería en un estado de gran debilidad. Su cara con delgadez y palidez extremas, con ojos fijos, blandos y apagados, con algunos movimientos convulsivos. Sus manos con ligera hinchazón, tiene un pulso muy débil; edema en los pies, llegando a su fin el 9 de junio, a los 55 o 57 años, sin haber recobrado la razón ni un solo momento".



Comentarios sobre la historia de Esquirol

Esta historia clínica de los comienzos de la Psiquiatría podría ser comentada por Santo Tomás, quien escribe: "Quanto ille qui peccat, magis est compos suae mentis, tanto gravius peccat: unde alienatis non imputantur peccata" (a los enfermos mentales no se les imputan sus pecados)

Comentaríamos además que la "conducta lustral", como luego veremos, revela que Théroigne se castigaba de una manera despiadada, dominada por una conciencia moral primitiva y sádica y que cualquier castigo externo debía ser insignificante comparado con el que se propinaba diariamente.

Aparentemente el hecho de ser azotada por sus antiguas compañeras conmocionó a la heroína y truncó su actividad política (1793) aunque nada dice Esquirol de este episodio. Militante feminista, cambió de postura cuando la situación estaba a favor de sus ideales. Sus últimos llamados a la unión parecen llamados a su misma subjetividad. En 1794 la psicosis ya se había desencadenado y en 1800 es internada en el manicomio. ¿Cuál fue el desencadenante de su psicosis? La historia popular resalta la paliza de sus ex compañeras, punto sobre el que insiste Breton en su "Breve diccionario del erotismo".

Creemos que la enfermedad comienza alrededor de los 35 años. Podemos decir que la personalidad previa de Théroigne estuvo signada por lo que los franceses llaman "desequilibrio psíquico" y los alemanes "personalidades psicopáticas", Sin que esta forma de ser implique enfermedad alguna. Su evolución es seguida por más de 20 años y la historia de Esquirol pretende ser el resumen, la mirada médica sobre el caso, que denomina de "lipemanía" (¿melancolía?).

Notamos la extremada desintegración del lenguaje, casi incoherencia, con apego a las temáticas que conmocionaron su vida. Es llamativa la pérdida de los "valores preventivos" tanto culturales como físicos, su indiferencia, glotonería, la musitación casi permanente y las estereotipias relacionadas con el agua y el baño. Sobre este último tema Saurí escribe:



"Para Théroigne tiene una importancia fundamental, pues organiza su vida en función de la limpieza, se pone fuera de sí cuando le falta y no levita en arrastrar el frío glacial para conseguirlo. El sentido purificatorio y lustral de su conducta es patente a nuestros ojos actuales".



Fenoménicamente la desintegración psíquica ha reducido los medios de expresión a las funciones básicas de simbolización, disminuyendo sus posibilidades de comunicación. Episodios de agitación alternan con desgano y abatimiento, encerrándose en un autismo centrado sólo en las vivencias conmocionantes y en el cual parece haber agotado su "élan vital". Es un volcán apagado. Con respecto al diagnóstico diferencial había que deslindar una parálisis general progresiva ya descripta por Bayle y no ignorada por Esquirol. Se dice que habitualmente una parálisis lleva a la muerte en un plazo variable de 2 a 5 años (sin tratamiento), aunque se conocen casos de hasta 10 años. La ausencia de signos neurológicos, de ictus y de consunción física la descarta.

¿Se puede pensar realmente en otro tipo de cuadro? Sabemos que el deterioro hospicial logra cuadros de demencia mucho más profundos que los propios "de la historia natural".

Esquirol la pensó como una suprema alteridad, rechazo de todos los valores que consideraba sagrados, el propio "defecto" de Théroigne lo ayudó enormemente. Pero, ¿cuál era la "urdimbre creencial" (Saurí) del positivismo naciente y que encarnaba el alienista Esquirol? El del "buen burgués", de sexo masculino, adulto, blanco como figura dominante. Naturalmente, Théroigne como mujer, como sexualmente amenazante, como feminista, como revolucionaria, estaba excluida de esta soberanía.

Para un intelectual progresista actual esta pobre mujer podría ser perfectamente una "prisionera política", ¿Pero que analisis más profundo podríamos hacer?

Evidentemente, la Revolución que propugnó los derechos fundamentales del hombre no pudo pensar y aplicar los derechos de las mujeres como derechos humanos. La igualdad sólo fue para los ciudadanos y no para las relaciones entre los géneros.

Théroigne es un ejemplo de ello, discriminada desde el nacimiento (¡una mujer más en la familia!), sirvienta, debe haber sido una niña explotada, abusada, agredida. Ser prostituta fue, viéndolo hoy, una manera de abrirse camino en una sociedad rígidamente separada en estamentos aparentemente inconmovibles. La educación fue además para ella una herramienta de liberación.

Esta misma educación la acercó al pensamiento de la Ilustración, que en aquella epoca era el más critico con con la realidad injusta. Su ideal producto de identificaciones "vacilantes" fue a su vez generador de identificaciones sociales, pues cientos de mujeres la siguieron. Sin embargo, el "ideal utópico" debe haber provocado ataques envidiosos y celos mortales. El empezar a ver el mundo con los ojos de las mujeres en un entorno todavía no maduro para ello también creemos que la acercó al derrumbe. El episodio de la "paliza" debe haber sido una conmoción o episodio actual (desencadenante) que la hizo caer en lo que llamaríamos hoy un episodio melancólico. Ahí acabó su existencia, su historia vivencial interna se congeló, se paralizó y se hundió en la alienación.

Theroigne de Mericourt no tuvo el reconocimiento de otras heroínas revolucionarias, como sobre todo Olimpia de Gouges, pero su historia no es menos fascinante. La ciudadana Theroigne merece nuestro reconocimiento y su reivindicación como una gras luchadora revolucionaria y contra las convenciones de una epoca, un combate tan duro que terminó por destruirla mentalmente. Pero su legado y las ideas que defendió perviven, y acabaron imponiéndose en la construcción de la nueva sociedad y del nuevo hombre y de la nueva mujer.











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